La deficiencia de vitamina D está asociada al aumento en la relación del inhibidor del activador del plasminógeno (PAI) – PAI 1/ PAI 2 durante el embarazo.
Durante el embarazo el riesgo de presentar trombosis aumenta entre 5 a 6 veces, la trombosis venosa profunda suele ser la presentación más frecuente e incrementa la posibilidad del tromboembolismo pulmonar que puede ser fatal. Este riesgo se mantiene constante durante todo el embarazo, incluso durante las primeras dos semanas del postparto.
Entre los diversos factores que favorecen este fenómeno están el aumento en el nivel de estrógenos y de las proteínas de la coagulación, así como una reducción en la actividad fibrinolítica. Se ha observado que la deficiencia de vitamina D favorece un perfil protrombótico en personas no gestantes y en embarazadas parece afectar la función del trofoblasto.
Un estudio publicado en The Clinical and Applied Thrombosis/Hemostasis investigó los parámetros hemostáticos en embarazadas con deficiencia de vitamina D (≤50 nmol/L – 20 ng/ml) con relación a aquellas que tenían un nivel adecuado, según los parámetros de este estudio (≥100 nmol/L – 40 ng/ml).
El ensayo GRAVITD fue realizado en el Departamento de Ginecología y Obstetricia del Hospital regional Randers, Dinamarca. Incluyeron 129 mujeres con edad gestacional de 11 a 16 semanas por ecografía.
Determinaron el nivel de vitamina D como parte de la estandarización para aleatorizar a las participantes y les realizaron un perfil amplio de coagulación: Dimero D, fibrinógeno, antígeno de Von Willebrand y su actividad (vWF), Factor VIII, Inhibidor del activador del plasminógeno-1 (el PAI-1 retarda la lisis de la fibrina y mantiene la estabilidad del trombo), Inhibidor del activador del plasminógeno-2 (el PAI-2 es producido por la placenta y actúa como un factor de protección contra las hemorragias a nivel del trofoblasto), el activador del plasminógeno y la generación de trombina.
Adicionalmente establecieron características de las embarazadas que pudieran asociarse a un mayor riesgo de trombosis (índice de masa corporal -IMC-, tabaquismo, edad, paridad, uso de vitaminas – aceite de pescado-, historia de enfermedades y nivel socio económico). Los factores de riesgo se incluyeron en un análisis de regresión logísticas para ajustar los resultados según factores de confusión.
Se encontró que las embarazadas deficientes en vitamina D (≤50 nmol/L – 20 ng/ml) presentaron valores más altos de PAI-1, así como un aumento en la relación de PAI-1/PAI-2, es decir, un perfil hemostático trombogénico en comparación con las embarazadas con vitamina D adecuada (≥100 nmol/L – 40 ng/ml). Este hallazgo siguió siendo significativo al ajustar el análisis según otros factores de riesgo como el IMC, el tabaquismo y uso de suplementos de aceite de pescado. Según los autores, la asociación entre el nivel de vitamina D y el incremento del PAI-1 ya ha sido documentada en población no gestante.
En conclusión, los autores plantean que la vitamina D podría ejercer funciones tromboprotectoras durante el embarazo, por lo que se hace necesario comprender mejor su rol en la hemostasia, especialmente por la alta prevalencia de deficiencia de vitamina D en la población.