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¿Qué es la vitamina D?

La vitamina D es un nutriente que circula por la sangre para activar o desactivar ciertos mecanismos celulares, con propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y neuroprotectoras que contribuyen a la salud del sistema inmune, a la función muscular y a la actividad de las células cerebrales.

La función más conocida de la vitamina D es que ayuda a la salud ósea porque el cuerpo solo puede absorber calcio en presencia de vitamina D. El calcio es esencial para el desarrollo y mantenimiento de huesos y dientes en niños y adultos mayores.

La vitamina D no es una vitamina como las demás: es la única que el cuerpo humano puede sintetizar, específicamente en la piel, bajo el efecto del sol. Por eso es considerada una pre-hormona.

¿Para qué sirve la vitamina D?

La vitamina D actúa tal cual lo hacen las hormonas. Su efecto más conocido y mejor descrito tiene que ver con la absorción de calcio en el intestino.

En los últimos años se ha señalado la importancia de la vitamina D para el buen funcionamiento del sistema inmunológico, tanto en infecciones como en las enfermedades llamadas autoinmunes.

Es tan importante la vitamina D para el aprovechamiento del calcio que las deficiencias graves y prolongadas producen raquitismo en los niños y osteomalacia en los adultos, en ambas enfermedades los huesos son tan débiles que se deforman, también se ha asociado a la vitamina D con una mejor salud de los músculos.

¿Cuáles son las formas de la vitamina D?

Las 2 formas principales de vitamina D que son importantes para los humanos son:

  • Vitamina D2 o ergocalciferol.
  • Vitamina D3 o colecalciferol.

La vitamina D2 es producida naturalmente por las plantas y la vitamina D3 es producida naturalmente por el cuerpo cuando la piel se expone a la radiación ultravioleta de la luz del sol.

Ambas formas se convierten en 25-hidroxivitamina D en el hígado. Luego viaja por la sangre a los riñones en donde se convierte en 1,25 dihidroxivitamina D o calcitriol, la forma activa de la vitamina D en el cuerpo.

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Comparación entre Vitamina D3 y Vitamina D2

El estudio reunió un total de 75.454 participantes, y los resultados más destacados fueron los siguientes:

  • Los suplementos de vitamina D en general no reducen de forma significativa la mortalidad por todas las causas (cociente de riesgo 0.98, intervalo de confianza de 95% – 0.95 a 1.02), excepto cuando se separan en subgrupos de suplementos de vitamina D3 y vitamina D2.
  • Todas las causas de mortalidad fueron significativamente menores en los ensayos que emplearon vitamina D3 que en los ensayos que emplearon vitamina D2.
  • Los suplementos de vitamina D se asociaron a una reducción significativa de la mortalidad por cáncer en un 16% (cociente de riesgo 0.84, intervalo de confianza de 95% -0.74 a 0.95).
  • El análisis de metarregresión encontró que la mortalidad por todas las causas es significativamente menor cuando los ensayos con uso de suplementos de vitamina D tienen mayor tiempo de seguimiento.

Los resultados del presente estudio sugieren que el uso de suplementos de vitamina D reduce la mortalidad por cáncer en un 16%. Sin embargo, no disminuye la mortalidad por enfermedad cardiovascular, enfermedad cerebrovascular o cardiopatía isquémica. Estos resultados se diferencian de dos revisiones sistemáticas previas. Una revisión de Cochrane en 2014 encontró que el uso de suplementos de vitamina D disminuyó la mortalidad por cualquier causa en un análisis de 56 ensayos con un total de 95.286 participantes. Otra revisión sistemática que incluyó 40 ensayos con un total de 81.173 participantes también puso en evidencia una reducción en la mortalidad. Los resultados de mortalidad por cáncer son consistentes con los resultados de un meta-análisis previo, también publicado en BMJ.

¿Qué forma de vitamina D es mejor?

Existen dos formas: la vitamina D3 (calciferol), que es la que produce nuestro cuerpo cuando es expuesto a la luz del sol, y la vitamina D2 (ergosterol), obtenida de los alimentos. Ambas son seguras para el organismo. Sin embargo, las investigaciones demuestran que la vitamina D3 es más efectiva que la vitamina D2 en lograr valores adecuados.

Finalmente, no importa qué tipo de presentación de vitamina D3 se tome, ya sea en una cápsula, tableta o forma líquida. En la mayoría de las personas la vitamina D es absorbida fácilmente por el organismo, y no importa la hora del día o si se ingiere con las comidas.

Propiedades de la Vitamina D

La más conocida función de la vitamina D es que ayuda al cuerpo a absorber el calcio, uno de los principales elementos de huesos y dientes.

Beneficios de la vitamina D en el sistema inmunológico

La vitamina D estimula los macrófagos y las células dendríticas que son los “soldados de primera línea” del sistema inmunitario en el sitio de la infección. De esta manera nuestro organismo reacciona rápidamente en caso de agresión.

Aumenta la síntesis de proteínas de acción antimicrobiana (antibióticos generados por nuestro propio cuerpo) que actúan en la eliminación de patógenos.

También estimula la respuesta del sistema inmunitario adaptativo, pues aumenta el número de linfocitos Th2 produciendo un efecto antiinflamatorio.

Permite el mantenimiento de la integridad de la mucosa intestinal por su acción sobre las proteínas que constituyen las uniones entre las células intestinales.

Así los patógenos en su tránsito por el intestino no pueden atravesar esta pared y en consecuencia no pasan al torrente sanguíneo. Igual sucede con la pared pulmonar: la vitamina D mantiene uniones muy estrechas para evitar que agentes patógenos penetren y causen enfermedades.

Los estudios sobre los beneficios de la vitamina D en el sistema inmunológico resaltan la importancia de los suplementos diarios de vitamina D para prevenir infecciones agudas del tracto respiratorio como neumonía, tuberculosis y bronquitis.

Vitamina D y COVID-19

Posteriormente con la llegada del COVID-19, los estudios llevados a cabo en abril de 2020, en 20 países europeos, han determinado el vínculo entre el sistema inmune, la vitamina D y este virus. Los resultados de estos estudios indican que:

  • Aquellas personas que cuentan con niveles óptimos de vitamina D corren (tienen) menos riesgo de contagiarse de COVID-19.
  • La suplementación con vitamina D reduce el riesgo de desarrollar una infección aguda del tracto respiratorio.
  • Ante el COVID-19, la vitamina D ayuda a reducir la gravedad de la enfermedad, evitando la hospitalización y la mortalidad.

Vitamina D e infecciones respiratorias

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado estudios en su portal web en los que se menciona un papel positivo de la vitamina D en el riesgo de infecciones respiratorias(1)

Con el advenimiento de la pandemia por coronavirus y la enfermedad que produce (COVID-19), más de 300 publicaciones científicas han apoyado, aún más, la importancia de la vitamina D para el sistema inmunológico y para una mejor respuesta del mismo frente a agentes agresores como los virus.

Uno de estas publicaciones en una prestigiosa revista científica, es un estudio realizado en casi 200. 000 participantes en las que se encontró que aquellas personas que tenían un estado de vitamina D deficiente, tuvieron con más frecuencia pruebas positivas para el coronavirus SARS-CoV-2, en comparación con aquellos que tenían un estado de vitamina D adecuado, de hecho la tasa de positividad fue 54% mayor. (2) El estudio antes mencionado es firme en señalar la importancia de la vitamina D para la salud.

La vitamina D, ejerce importantes funciones de regulación sobre las células de defensa (células inmunes). Estas funciones incluyen que sean suficientes en cantidad y efectivas en su labor de reconocimiento y ataque de sustancias extrañas.

Las células de defensa tienen áreas específicas (receptores) de unión a la vitamina D, a través de ese contacto la vitamina D ayuda a las células de defensa a madurar, producir sustancias de ataque y definir mejor el blanco sobre el cual van a actuar.

En términos científicos la vitamina D es considerada una sustancia inmunomoduladora, efecto que ejerce a través de acciones muy complicadas.

En el estudio publicado en The Lancet los autores concluyeron que “la toma de vitamina D es segura y reduce el riesgo de infección de forma pequeña pero significativa”.

El efecto pequeño pero significativo es atribuido, a la gran heterogeneidad (diferencias) de los trabajos de investigación que fueron incluidos para un mismo análisis.

A pesar de dichas diferencias entre los casi 50 mil participantes y las condiciones de cada investigación, asegurar una ingesta adecuada y sostenida de vitamina D en el tiempo, produce los efectos antes mencionados.

¿La vitamina D ayuda a combatir las enfermedades reumáticas?

Las enfermedades reumáticas afectan a todo el aparato músculo esquelético, es decir, los ligamentos, articulaciones, tendones y los huesos. Pueden generar complicaciones en los vasos sanguíneos, el riñón, pulmones, el corazón, la piel, y el sistema nervioso central y periférico. 

Las enfermedades reumáticas son la segunda causa de consulta en los hospitales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), siendo una de las principales causantes del absentismo laboral y de la pérdida de trabajo. 

Por esto, cada 12 de octubre se celebra el Día Mundial de las Enfermedades Reumáticas, para concientizar a las personas acerca de los padecimientos de aquellos que sufren de esta afección.  

Tener buenos niveles de vitamina D puede ayudar a mejorar e incluso reducir el riesgo de las siguientes enfermedades reumáticas: 

  • Osteoporosis: los pacientes que tienen niveles óptimos de vitamina D y calcio en sus dietas tienen menor riesgo de perder tejido óseo y los minerales que componen el hueso, para no sufrir en un futuro de fracturas o de osteoporosis. 
  • Osteomalacia: representa la pérdida de masa ósea que puede llevar a fractura, específicamente por deficiencia de vitamina D en adultos, su equivalente en niños es el raquitismo.
  • Psoriasis: esta enfermedad de la piel causa sarpullido y picazón en las extremidades del cuerpo (piernas, brazos). Se recomienda utilizar un tópico de vitamina D llamado calcitriol, que el paciente debe aplicar en la piel para mejorar los síntomas de esta afección (entre otros medicamentos), siempre bajo recomendación y supervisión médica.
  • Artropatías degenerativas (artrosis): la artrosis es una afección degenerativa que se caracteriza por la destrucción del cartílago hialino que recubre las superficies óseas. Esta afección es un proceso de desgaste por roce, está influenciada por varios factores externos. La vitamina D podría contribuir en la reducción de los síntomas asociados como el dolor.
  • Artropatías inflamatorias (artritis, tendinitis, bursitis): la vitamina D también puede disminuir el riesgo y mejorar los síntomas de las artropatías inflamatorias, como la artritis reumatoide que es un trastorno que ocurre cuando el sistema inmunitario ataca por error los tejidos del cuerpo. 
  • Artropatías por enfermedad metabólica: este tipo de artropatías, como la “gota”, pueden ser ocasionadas por distintos motivos como malos hábitos alimenticios, factores hormonales, genética, entre otros. 
  • Alteración de los tejidos blandos o dolor de origen muscular: ocurre cuando la persona realiza movimientos repetitivos después de que se le contrae un músculo. En adultos mayores con deficiencia severa de vitamina D ocurre la llamada “miopatía por deficiencia de vitamina D”, en estos casos los bajos niveles de vitamina D condiciona la elevación de una hormona que provoca afectación muscular que se manifiesta por dolor y debilidad.
  • Enfermedades del tejido conectivo: condiciones como el lupus, esclerodermia o la vasculitis podrían ayudar a sobrellevarse con vitamina D. 

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¿Qué otras vitaminas o suplementos contribuyen a mejorar las enfermedades reumáticas?

Complejo B

Este nutriente contribuye en la formación de glóbulos rojos y en el crecimiento de la división celular. Favorece a quienes padecen de enfermedades reumáticas como la artritis contribuyendo con la reducción de la  reduciendo la inflamación (vitaminas B3 y B6).

Vitamina C

La vitamina C ayuda en la inhibición de la inflamación de las articulaciones, por lo que es un complemento que puede ayudar con la artritis reumatoide y/o los problemas cardiovasculares. 

Vitamina E

La ingesta de vitamina E ayuda a los pacientes con artritis reumatoide, por su alto poder antioxidante y antiinflamatorio. 

Además, este nutriente tiene como beneficios a la buena oxigenación de los tejidos y protege a otras vitaminas como el complejo B y vitamina C, entre otros. 

¿Cómo prevenir las enfermedades reumáticas? 

Muchas enfermedades reumáticas tienen un componente genético, otras se asocian a trastornos epigenéticos (efectos externos pueden inducir modificaciones genéticas) y la mayoría se relaciona con exposición a factores externos que activan el sistema inmunológico.

Sin embargo, las medidas que benefician a la salud en general pueden influenciar positivamente a muchas enfermedades inmunes e inflamatorias.

  • No fumar: el tabaco puede ocasionar diferentes afecciones a corto, mediano y largo plazo. La Dra. María Luz García Vivar, comenta que “El tabaquismo aumenta el riesgo de padecer enfermedades reumáticas sistémicas como el lupus, que puede afectar a órganos vitales como el corazón, los pulmones o el riñón,  multiplicando por cuatro el riesgo de padecerla”. 
  • Tener buenos hábitos alimenticios: lo recomendable es reducir las grasas y los azúcares, evitar el consumo en exceso de sal y alcohol y, en su lugar, consumir las dosis recomendadas de vitamina D y demás proteínas y minerales.
  • Evitar el sobrepeso: el sobrepeso puede ser una causa del déficit de vitamina D en nuestro organismo. 

Evitarla sobrecarga:  los movimientos repetitivos o la carga de objetos pesados durante una actividad laboral o deportiva podría estresar las articulaciones, causando a largo plazo enfermedades reumáticas.

Obesidad y vitamina D: ¿Cómo se relacionan?

La obesidad es un trastorno grave de salud que afecta a cientos de personas cada año. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (por sus siglas, OMS), cerca de 650 millones de adultos y 381 millones de jóvenes (niños y adolescentes) padecen está enfermedad.

Muchos factores son fáciles de atribuir a un mayor riesgo de padecer obesidad, por ejemplo: el sedentarismo y la mala alimentación. No obstante, no todas las causas son fáciles de identificar, algunas conllevan un análisis más profundo para determinar otras causas posibles, como los factores genéticos, fisiológicos u hormonales.

¿Cómo el déficit de vitamina D está relacionado con la obesidad?

Como muchas otras hormonas, la vitamina D juega un papel importante en el funcionamiento de nuestro organismo. Un consumo regular de esta vitamina puede ayudarnos a prevenir muchas enfermedades que afectan a los huesos, como la osteoporosis y el raquitismo en los niños, además de fortalecer nuestro sistema inmunológico.

Sin embargo, uno de los temas menos conocido por la población general es la relación que existe entre la deficiencia de vitamina D y la obesidad. Las personas que sufren de obesidad presentan niveles bajos de esta hormona, debido al incremento de la masa corporal producto del aumento de grasa en el cuerpo.

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A mayor masa corporal menor vitamina D biodisponible

Sí somos personas saludables y con un índice de masa corporal (IMC) normal situado dentro del rango de 18.5 a 25, nuestro organismo requerirá una cantidad diaria recomendada de 600 UI (15 μg) de vitamina D para funcionar óptimamente de acuerdo a los datos recogidos por el instituto Linus Pauling.

Ahora, si aumentamos considerablemente de peso hasta tal punto de padecer obesidad (IMC >30) necesitaríamos una mayor ingesta de vitamina para mantener los niveles adecuados, ya que a mayor cantidad de grasa menor biodisponibilidad.

Esto significa que la vitamina D obtenida a través del sol o los alimentos circula en cantidades deficientes, lo que dificulta que pueda ser aprovechada por los diferentes procesos biológicos, como en la homeostasis del calcio y el fósforo.

Curiosamente, la vitamina D es una hormona liposoluble, es decir, se disuelve en contenido graso, aunque ella viaja en la sangre unida a una proteína especial transportadora de vitamina D, tiende a quedarse acumulado en las partes del cuerpo en las que haya grasa acumulada. 

En estos sitios el organismo tiende a transformarla en una sustancia inactiva que luego es eliminada llamada ácido calcitroico.

Un déficit de vitamina D afecta la secreción de insulina

Sufrir de sobrepeso y tener bajos niveles séricos de vitamina D se asocia a un mayor riesgo de padecer de diabetes mellitus tipo 2. En circunstancias normales, la diabetes surge cuando nuestro cuerpo no logra regular adecuadamente los niveles de azúcar en la sangre.

En las personas sanas, el páncreas responde a estos niveles de glucosa liberando insulina para estimular a los receptores de las células y almacenar el exceso de glucosa. Sin embargo, en las personas diabéticas tipo 2 la insulina surte poco efecto, por lo que comienza a acumularse.

Muchas investigaciones plantean que la vitamina D contribuye con la salud y funcionamiento del páncreas y asocian las deficiencias permanentes de esta hormona a los factores que predisponen a la aparición de diabetes.

La falta de vitamina D aumenta el apetito

Hay estudios que mencionan que las personas con déficit de vitamina D presentan alteraciones en la liberación de la hormona del apetito. Y como sabemos, una mayor sensación de apetito conlleva a un aumento de peso.

En una investigación publicada por la Cambridge University Press, se demostró que un grupo de mujeres con obesidad (IMC >30) bajaron significativamente más de peso cuando se les suministraba suplementos de calcio y vitamina D a su dieta.   

La leptina es la hormona responsable de la saciedad. De esta manera, cuando nuestro cuerpo tiene déficit de vitamina D se elevan los niveles de leptina. Esto se puede interpretar como una respuesta del organismo para suprimir la deficiencia y encontrar una fuente disponible de nutrientes en los alimentos.

Esa es la razón del por qué las mujeres del estudio bajaron más de peso, según los investigadores.  

¿Qué estudios respaldan que el déficit de vitamina D se asocia a obesidad?

Como hemos leído hasta ahora, la obesidad contribuye a la aparición de déficit de vitamina D. Sin embargo, cabe preguntarse si lo anterior también sería posible, es decir, unos niveles bajos de vitamina D pudieran contribuir a los problemas de obesidad.

  • En un estudio acerca de la aparición del déficit de vitamina D realizado por la Universidad de Virginia Occidental, encontraron que los pacientes entre 2 a 18 años de edad con sobrepeso presentaban bajos niveles séricos de vitamina D (≤ 20 ng/mL) que aquellos con un peso regular.
  • En otro estudio realizado en el centro de osteoporosis de la Universidad de Miami sobre el ejercicio al aire libre y la hipovitaminosis D (o deficiencia de vitamina D), descubrieron que la exposición a los rayos del sol en sujetos obesos generaba grandes beneficios metabólicos al contribuir en la síntesis endógena de esta hormona.
  • El Centro Hospitalario Universitario de Rijeka en Croacia, realizó una investigación sobre la prevalencia de la deficiencia de vitamina D y la obesidad, concluyeron que a pesar de que los individuos delgados y con sobrepeso puedan llegar a padecer niveles bajos de vitamina D, las personas con obesidad tiende a tener concentraciones más bajas en la sangre.

Existen más estudios que muestran resultados poco concluyentes. No obstante, la mayoría coinciden en la influencia del tejido adiposo en la deficiencia de vitamina D. 

Sorprendentemente, durante muchos años se sostuvo la idea que las personas obesas tenían una mejor densidad ósea, ya que una mayor masa corporal conduce un aumento de la carga mecánica del cuerpo, lo que implicaría un fortalecimiento de la masa ósea como resultado. 

Pero, tal como señala el portal IntraMed «La obesidad no es nada buena para los huesos», el sobrepeso eleva el riesgo de padecer de diabetes mellitus y enfermedades renales, lo que afectaría la calidad ósea de los huesos y elevaría el riesgo a sufrir fracturas.

¿Cómo lidiar con el déficit de vitamina D a raíz de la obesidad?

Para recuperar el control de nuestra vida hay que reducir el riesgo de la obesidad y el déficit de vitamina. Como muchos otros problemas de salud, existen actividades que podemos realizar para estar más saludables, y son:  

  • Tomar sol regularmente: La exposición solar favorece que se produzca vitamina D. Sin embargo, debemos ser cuidadosos, ya que los rayos ultravioleta pueden ocasionar daños en la piel. Una explosión diaria de 12 minutos, durante las horas del día de mayor intensidad de luz solar es suficiente, siempre que se exponga suficiente superficie corporal y se haga varias veces por semana.
  • Realizar ejercicio físico: Llevar una vida más activa reduce el sedentarismo, lo que contribuye a disminuir la grasa corporal. Realizar caminatas de 30 minutos o participar en bailoterapia ayuda a fortalecer los músculos cardiacos.   
  • Tomar suplementos vitamínicos: Si padecemos de obesidad nuestro cuerpo dispone de poca vitamina D para su uso. Por lo tanto, tomar suplementos de vitamina D mejora la ingesta de esta hormona y contrarrestar la deficiencia en los alimentos.  
  • Seguir una dieta baja en calorías: Realizar solo ejercicio físico no bastará para disminuir el tejido graso. Es necesario comer alimentos saludables, libre de grasas saturadas y bajo en sodio, esto ayudará a combatir la obesidad y reducir el riesgo de hipertensión y diabetes.

Vitamina D y su función neuroprotectora

En estudios sobre la vitamina D en enfermedades neurodegenerativas, se llegó a la hipótesis que al aumentar los niveles de vitamina D mediante la exposición al sol o tomando suplementos podría reducir el riesgo de desarrollar trastornos relacionados con el cerebro o limitar su progresión. Pero falta evidencia sólida que apoye esta hipótesis.

Un artículo de Mayo Clinic sobre la vitamina D y su influencia sobre el Alzheimer y la demencia afirma que el papel de la vitamina D en la función cerebral, la cognición y el proceso de envejecimiento aún no está claro.

Pero según el profesor e investigador Thomas Burne del Queensland Brain Institute, la vitamina D muestra un efecto neuroprotector y puede ser determinante en el desarrollo de trastornos cognitivos.

Sus estudios afirman que la vitamina D participa en la regulación de genes importantes para la función cerebral y actúa como un neuroesteroide influyendo en los procesos cerebrales que afectan el estado de ánimo y el comportamiento.

La vitamina D es un nutriente muy importante para la plasticidad cerebral y sus niveles influyen en mantener las redes perineuronales (PNN) estables. Participa en la reducción del estrés oxidativo y las neurotoxinas.

Se necesitan muchos más estudios e investigaciones para ofrecer una visión sólida sobre el importante papel neuroprotector de la vitamina D.

Propiedades antioxidantes de la vitamina D

En cuanto al efecto antioxidante, pruebas experimentales han sugerido también que hay una posible asociación entre la vitamina D y el riesgo de cáncer.

Los cánceres para los que hay datos humanos disponibles son el cáncer colorrectal, el de seno, de próstata y páncreas.

Los hallazgos sobre los beneficios de la vitamina D para prevención de cáncer hasta ahora son mixtos. Se necesitan más estudios para determinar si la suplementación de la vitamina D puede reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer.

¿Cómo obtener vitamina D en el cuerpo?

Existen 3 formas de obtener vitamina D:

  • A través de la luz solar: el 80 % de la vitamina D se obtiene a partir de los rayos UV de la luz solar. El cuerpo crea su propia vitamina D cuando se expone a la luz solar. Según la zona donde se viva es recomendable tomar el sol por espacio de 10 minutos 3 o 4 veces a la semana, mientras se realizan otras actividades sin olvidar el uso de protector solar.

Recomendaciones de ingesta diaria

Sociedad de EndocrinólogosIOM
Niños  400 – 1.000 UI/día400 UI/día
Adultos1.500 – 2.000 UI/día600 – 800 UI/día

Se recomienda no ingerir cantidades superiores a 10.000 UI/día para adultos. Si bien esta cantidad parece muy alta, hay que tener en cuenta que el organismo puede producir de 10.000 a 25.000 UI de vitamina D después de la exposición solar directa en todo el cuerpo.

  • Con la ingesta de ciertos alimentos: hay muy pocos alimentos que contienen vitamina D. Los más reconocidos son el pescado graso como salmón, trucha, pez espada y atún, aceite de pescado, hígado de res, huevos, queso, mantequilla, yogurt, aguacate y hongos. También se pueden conseguir alimentos y bebidas enriquecidas  con vitamina D como la leche, incluidas la leche de soya y almendras, jugos y cereales, por lo que es recomendable revisar las etiquetas nutricionales de los productos.
  • Por suplementos dietéticos: se pueden obtener de venta libre pero siempre es recomendable la evaluación médica para conocer factores de riesgo, antecedentes familiares y el nivel de vitamina D en su sangre. También es importante si está tomando algún suplemento de calcio revisar si ya contiene vitamina D.

Dosis diaria recomendada de vitamina D

La cantidad de vitamina D necesaria a diario depende de su edad y del estilo de vida de cada persona, así como de las patologías que padezca cada una de ellas  

¿Qué ocasiona el déficit de vitamina D?

Los seres humanos podemos producir vitamina D cuando nuestra piel recibe suficiente radiación solar (rayos ultravioletas B). La segunda fuente de esta vitamina son algunos alimentos derivados del mar. A pesar de esta capacidad que tenemos de producir vitamina D, la deficiencia de la misma es un problema global, es decir, está presente en casi todas las poblaciones del mundo.

El déficit de vitamina puede retrasar el crecimiento de un niño y producir problemas de caries y estructura dental. Enfermedades como raquitismo, osteoporosis y osteomalacia están también asociadas a bajo o nulo nivel de vitamina D en el organismo.

También nos expone a contraer infecciones, especialmente virales que una vez contraídas son de difícil evolución.

Y después de estudios e investigaciones sobre la plasticidad cerebral, que aún están en desarrollo, el Dr. Burne y su equipo aseguran que la parte derecha del hipocampo es la más afectada por falta de vitamina D.

Perder la función en esta área puede contribuir a la aparición de síntomas de esquizofrenia como déficits severos de memoria y una percepción distorsionada de la realidad.

En patologías dermatológicas tan diversas como el acné, la rosácea, la cicatrización, la psoriasis, la alopecia, el vitiligo y la dermatitis atópica se ha observado que la deficiencia de vitamina D tiende a presentar cuadros más severos en el transcurso de la enfermedad.

El déficit de vitamina D puede tener diferentes causas:

  • No recibe suficiente vitamina D en su dieta diaria.
  • No absorbe suficiente vitamina D de los alimentos.
  • No recibe suficiente radiación solar.
  • Su hígado o sus riñones no pueden convertir la vitamina D en su forma activa en el cuerpo.
  • Toma medicamentos que interfieren con la capacidad del cuerpo para convertir o absorber vitamina D.

Las personas que pueden padecer de déficit de vitamina D son:

  • Bebés en periodo de lactancia porque la leche materna no es buena fuente de vitamina D.
  • Adultos mayores que aunque mantengan una rutina de exposición al sol, su piel ya no produce eficientemente vitamina D y sus riñones ya no tienen la misma capacidad de convertir la vitamina D a su forma activa.
  • Personas de piel oscura porque tienen menor facilidad de producir vitamina D en presencia del sol.
  • Personas con trastornos como enfermedad de Crohn o enfermedad celíaca, que no absorben la grasa correctamente, porque la vitamina D necesita grasa para ser absorbida.
  • Personas que tienen obesidad porque su grasa corporal le impide a la vitamina D entrar en la sangre.
  • Personas que han tenido cirugía de bypass gástrico.
  • Personas con osteoporosis.
  • Personas con enfermedad renal o hepática crónica.
  • Personas con hiperparatiroidismo.
  • Personas con alguna enfermedad granulomatosa, formaciones de células causadas por inflamación crónica.
  • Personas con linfomas.
  • Personas que toman medicamentos que afectan el metabolismo de la vitamina D.