En la mayoría de los casos, el sexo en el embarazo es seguro. Sin embargo, es importante profundizar al respecto para saber qué se puede hacer y qué no, siempre con el fin de garantizar la comodidad de la madre y un embarazo sin contratiempos.
Desde los efectos psicológicos hasta los distintos periodos de gestación, existen varios factores importantes que juegan un rol clave en el sexo seguro durante el embarazo.
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Un embarazo normal conlleva a una práctica segura
En un embarazo normal las relaciones sexuales son completamente naturales y en ningún caso acarrean a un parto temprano o a alguna otra dificultad.
Los músculos abdominales y las paredes uterinas protegen al bebé de los movimientos producidos durante el acto. Esta protección natural es desarrollada por todos los cambios físicos que atraviesa la mujer en las primeras etapas del embarazo.
Es importante destacar que un embarazo normal es aquél que ocurre sin complicaciones físicas o psicológicas, o sin patologías previas o diagnosticadas durante el embarazo.
En general, el embarazo normal ocurre sin ninguna dificultad que interfiera en su evolución.
Sin embargo, bajo cualquier otra circunstancia —embarazos de medio o alto riesgo— el tema del sexo en el embarazo se complica un poco.
Cuándo evitar tener sexo en el embarazo
Existen varias razones por las cuales probablemente un doctor le aconseje a una mujer embarazada evitar tener relaciones sexuales. Y es que, en las ocasiones donde se han presentado complicaciones durante el embarazo, el coito puede representar un riesgo tanto para la salud de la madre como para la del bebé.
- Sangrado vaginal: En las primeras etapas, un ligero sangrado vaginal puede ser normal, ya que puede ser atribuido a la anidación del óvulo fecundado —este sangrado es conocido como sangrado de implantación. De cualquier otra forma, no es recomendable mantener relaciones sexuales durante el embarazo en caso de presentar sangrado vaginal, ya que la penetración puede llegar a incrementar la cantidad de sangre o empeorar este síntoma. Es recomendable visitar a un doctor para conocer la causa de sangrado.
- Cuello uterino incompetente: Cuando la dilatación del cuello uterino comienza muy temprano durante el embarazo es muy probable que el doctor encargado de supervisarlo prohiba a la mujer embarazada tener sexo, ya que puede aumentar las probabilidades de padecer un aborto espontáneo o un parto prematuro.
- Parto prematuro previo o diagnosticado: En caso de haber tenido un parto prematuro anteriormente o presentar síntomas durante el embarazo, es recomendable evitar las relaciones sexuales. Esto se debe principalmente a que cualquier actividad que genere contracciones uterinas, puede aumentar el riesgo de un parto prematuro —sobre todo si ya existen antecedentes. En el caso del sexo, tanto los orgasmos, como la estimulación de los pezones o la cantidad de prostaglandina que contiene el esperma humano, son causantes de contracciones uterinas.
- Placenta previa: Cuando la placenta crece más hacia la parte baja del útero y cubre gran parte del cuello uterino, mantener relaciones sexuales puede representar un peligro para la salud del bebé y de la madre, ya que la penetración es capaz de causar hemorragias de distintos riesgos.
- Infección urinaria: En caso de tener una infección urinaria durante el embarazo y/o estar bajo tratamiento médico, es muy importante evitar las prácticas sexuales, ya que la exposición a distintos fluidos —lubricantes, esperma, entre otros— pueden empeorar esta afección y complicar la salud de la madre.
Durante el embarazo, en general, es recomendable utilizar métodos de barrera, esta práctica está difundida, sin embargo queda a criterio de la embarazada y su pareja, sin dejar de considerar el consejo del médico tratante
¿Qué se puede hacer y qué no durante la práctica sexual en embarazo?
Es importante reconocer que la mujer embarazada no podrá participar en todas las actividades sexuales que practicaba anteriormente con su pareja. Es decir, habrá instancias en las que la mujer no podrá recurrir a ciertos juguetes o posiciones sexuales a los que antes sí.
En cuanto a las posiciones, es posible que el estar encima le cause incomodidades a la mujer por la sensibilidad de los senos o por el tamaño del vientre en etapas más avanzadas del embarazo. Lo más recomendable es acostarse de lado, ya sea con su pareja de frente o atrás. El uso de almohadas puede ser muy práctico para lograr estabilidad y comodidad. Igualmente, cada embarazo es distinto y cada mujer se sentirá cómoda con distintas posiciones.
A pesar de esto, para el tercer trimestre varios doctores recomiendan evitar las posiciones en las que la mujer deba acostarse boca arriba. Esto se debe principalmente a que el peso del útero puede presionar sobre grandes vasos sanguíneos. Esto puede causar mareos, disminución de la presión arterial y de la oxigenación del bebé.
En cuanto a los juguetes sexuales, es recomendable que su uso sea limitado a aquellos que estén hechos de materiales no tóxicos —de silicona suave segura para el cuerpo—, sin puntas afiladas, o que permita controlar los niveles de vibraciones para evitar contracciones fuertes —especialmente durante etapas más avanzadas del embarazo.
También es recomendable utilizar únicamente lubricantes hechos a base de agua y limpiar los juguetes con jabón neutro no tóxico antes y después de cada uso.
Sexo en la distintas etapas del embarazo
- Primera etapa: Durante los primeros tres meses del embarazo, es muy probable que la mujer atraviese etapas de mareos, náuseas, vómitos y cansancio que hagan que esté indispuesta a mantener relaciones sexuales. Sin embargo, en algunos casos, la mujer también puede experimentar aumento del líbido por el incremento de hormonas y del flujo sanguíneo en su cuerpo. Cabe destacar que este es el trimestre que normalmente se considera como el más peligroso en el embarazo debido a que acumula el mayor riesgo de aborto espontáneo, ya que el crecimiento del feto es muy vulnerable pues el cuerpo de la mujer a penas se está comenzando a adaptar al proceso. Es por esto que muchos doctores recomiendan, además de suplementar la dieta con vitaminas prenatales o evitar la actividad física intensa, evitar tener relaciones sexuales durante este trimestre —especialmente en caso de que la mujer ya haya sufrido de aborto espontáneo en embarazos previos.
- Segunda etapa: El deseo sexual aumenta considerablemente y las incomodidades de los cambios físicos, en la mayoría de los casos, se atenúan durante esta etapa. El orgasmo se intensifica debido al aumento de flujo en los vasos sanguíneos que rodean la vagina. Por lo que para la mujer embarazada, durante esta etapa, el sexo puede llegar a resultar más gratificante. Ya para esta etapa, los riesgos de aborto espontáneo disminuyen significativamente en la gran mayoría de los casos.
- Tercera etapa: Durante el último trimestre, es muy probable que por el tamaño de la barriga y el peso del útero, ciertas actividades físicas le resulten incómodas a la mujer o sufra de otros malestares que afecten su humor —como la acidez estomacal. Es por esto que para llevar a cabo la práctica sexual durante los últimos tres meses del embarazo, la pareja tendrá que tener muy en cuenta la comodidad de la embarazada —definida por, entre otras cosas, la posición durante el acto— así como de las indicaciones del doctor encargado de supervisar el embarazo.
Deseo sexual durante el embarazo
Durante el embarazo, resulta completamente natural que algunas mujeres presenten mayor deseo sexual que otras. Igualmente, es natural que este deseo sexual fluctúe durante las distintas etapas del embarazo.
En algunos casos, el aumento exponencial de hormonas hacen que el líbido aumente de igual forma. En otros, las náuseas o el cansancio físico causan rechazo hacia cualquier práctica sexual.
Hay veces en las que tener sexo durante el embarazo resulta muy relajante y estimulante, mientras que hay otras en las que a la mujer no le resulta atractiva la idea. Esto es totalmente normal. Lo importante en estos casos es que la mujer pueda hablar de esto con su pareja y en ningún momento se sienta emocionalmente presionada.