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Los cambios dentro de los vasos sanguíneos  se asocian a con alteraciones metabólicas y mayor riesgo de complicaciones cardíacas, vasculares y alta mortalidad. Una de ellas es la hipertensión arterial, la cual puede darse por múltiples patologías y situaciones anormales en nuestro organismo que determinan un aumento de la presión arterial dentro de los vasos sanguíneos, con las consecuencias conocidas.

Adicionalmente en las personas con hipertensión arterial, más allá del aumento de la presión arterial que muestra el tensiómetro, pueden detectarse con frecuencia otras afecciones como la alteración de la función del endotelio.

¿Qué es el endotelio?

El endotelio es una capa de células que recubre la cara interna de las arterias, es decir, es el área de las arterias que está en contacto directo con la sangre, cumpliendo una función insustituible, protectora, con propiedad antiinflamatoria, vasodilatadora (relajación de las paredes de los vasos sanguíneos) y antitrombótica, (es decir que evita que se formen trombos-coágulos en las paredes de los vasos), todo lo que necesita el corazón y los vasos sanguíneos para funcionar en armonía.

¿Qué es el daño endotelial?

El daño endotelial se origina cuando esa capa de células llamada endotelio no funciona bien. En estos casos, las arterias estarán contraídas-tensas (vasoconstricción) y habrá inflamación de los vasos sanguíneos, lo cual nos pondrá en riesgo para desarrollar aterosclerosis y trombosis, que pueden a su vez ocasionar un infarto o un ACV.

Al igual que la hipertensión arterial como consecuencia de la alteración de la función del endotelio (también conocida como disfunción endotelial), otras patologías pueden estar asociadas como la resistencia a la insulina.

Factores de riesgo de daño endotelial

La resistencia a la insulina, también conocida como prediabetes, es el estado metabólico de la inflamación y en personas con hipertensión arterial también puede estar presente.

La obesidad, la resistencia a la insulina y la inflamación vascular son factores de riesgo independientes para desarrollar hipertensión arterial. La presencia y la magnitud de estos factores y mecanismos varían en los diferentes individuos, en relación a su nutrición, a la relación entre la masa magra y la grasa visceral,  a la actividad física, estrés y a su genética.

El daño endotelial también se hace presente en personas con otros hábitos o factores de riesgo clásicos como:

  • El tabaquismo.
  • El colesterol elevado.
  • Diabetes.
  • Obesidad abdominal.
  • Colesterol bueno bajo (HDL).
  • Triglicéridos altos.
  • Glicemia en ayunas alterada.

Disfunción endotelial en aislamiento

Según datos evidentes en los casos clínicos analizados, documentados por estudios de los tejidos de pacientes que han desarrollado COVID-19 grave, se describe que también «existe un estado de daño endotelial provocado por la infección viral por SARS-Cov-2», lo cual ha hecho evidente la mayor probabilidad de enfermedad tromboembólica en estos pacientes.

Un efecto de riesgo acumulado de complicaciones se presenta en aquellas personas con condiciones previas de:

  • HTA.
  • Insuficiencia cardiaca.
  • Diabetes.
  • Obesidad.
  • Sedentarismo.

Estas patologías son la expresión de un franco daño endotelial preexistente.

¿Qué es el estrés oxidativo?

La hipertensión arterial también se asocia al estrés oxidativo, que es un estado en el cual se genera mayor sustancia dañina y tóxica para el organismo, produciendo inflamación de los vasos sanguíneos, mayor disfunción endotelial y envejecimiento celular.

El óxido nítrico es una de las sustancias que es producida por el endotelio sano, el cual múltiples beneficios, contrarresta el daño de esas sustancias tóxicas que se generan en el estrés oxidativo y evita la formación de trombos.

Prevención del daño endotelial

Más que disminuir la presión arterial, mantener hábitos saludables de vida mejora la función endotelial, la presión arterial, el metabolismo de los lípidos y la glicemia, así como el pronóstico cardiovascular y metabólico.

El ejercicio regular y frecuente, de tres horas semanales o más, se asocia a mejoría de la resistencia a la insulina, mejoría de los valores de colesterol y triglicéridos en sangre,  de la inflamación, de la presión arterial y por su supuesto de la función endotelial.

La nutrición saludable, con reducción del exceso de peso corporal, beneficia la función endotelial y la presión arterial. La dieta rica en omega 3 y vegetales también mejora la función endotelial.

En un estudio reciente, se demostró que el chocolate negro es rico en flavonoides y reduce el deterioro de la función endotelial, disminuye la presión arterial y el estrés oxidativo, lo que contribuiría a la salud vascular.

También existen ciertos medicamentos para el control de la presión arterial, que además  exhiben un beneficio adicional, al producir aumento de los niveles de óxido nítrico.

Las personas con múltiples factores de riesgo e hipertensión arterial deben seguir un tratamiento integral, nutricional, ejercicio y fármacos, en busca de la normalización de la función endotelial, de la rigidez arterial,  y de la presión arterial y estabilización o incluso regresión de la enfermedad ateroesclerótica.

¡Cuida tu endotelio!