El sistema digestivo es responsable de absorber los nutrientes necesarios para mantenernos saludables y que nuestros órganos puedan ejecutar sus funciones. Por esta razón, ninguna medida es poca para preservar su buen funcionamiento.
A continuación, vamos a compartir algunas prácticas para mantener un sistema digestivo en óptimas condiciones.
Tabla de contenidos
1. Alimentación balanceada
Consumir una dieta equilibrada es crucial para la salud digestiva. Incluir una variedad de alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras, legumbres y granos enteros, ayuda a mantener el tránsito intestinal de forma regular. La fibra no solo facilita la digestión, sino que también mantiene las bacterias beneficiosas del intestino, promoviendo una microbiota saludable. Además, es importante evitar los alimentos procesados y altos en azúcares refinados, ya que pueden causar fermentación, inflamación y desequilibrio en las bacterias intestinales.
Por otro lado, también es importante evitar, o al menos reducir el consumo excesivo de grasas saturadas, ya que no solo interfieren con la digestión, sino que a largo plazo pueden desencadenar diversos trastornos como concentraciones elevadas de colesterol y/o triglicéridos, sobrepeso, hipertensión o problemas cardiovasculares.
2. Hidratación adecuada
Beber suficiente agua a lo largo del día ayuda a disolver los nutrientes y facilita su absorción en el tracto digestivo. También previene el estreñimiento al mantener las heces blandas y fáciles de expulsar, por lo tanto mejora el tránsito intestinal. Lo recomendable es consumir al menos ocho vasos de agua al día y limitar el consumo de bebidas con cafeína o alcohol, ya que pueden generar deshidratación. También se recomienda el consumo de leche o bebidas vegetales, así como de jugos naturales bajos en azúcar (1).
3. Ejercicio regular
El ejercicio regular estimula los músculos del tracto gastrointestinal, ayudando a mover los alimentos a través del sistema digestivo de manera más eficiente. Esto puede contribuir a aliviar o evitar el estreñimiento y otros problemas digestivos. Además, el ejercicio reduce el estrés, que a menudo está relacionado con problemas digestivos como el síndrome del intestino irritable.
En un estudio sobre actividad física y salud gastrointestinal publicado en la revista Gut en 2001, se menciona que “períodos de ejercicio repetitivo a una intensidad relativamente baja pueden tener efectos protectores sobre el tracto gastrointestinal”. Además, se afirma que hay pruebas sólidas de que el ejercicio reduce el riesgo de cáncer hasta el 50% (2).
4. Gestión del estrés
El estrés crónico puede tener un impacto negativo en la digestión. El cuerpo, bajo estrés, puede liberar hormonas que afectan la función digestiva, causando síntomas como acidez estomacal, diarrea o estreñimiento e incluso, puede agravar trastornos como la enfermedad inflamatoria intestinal, síndrome de intestino irritable, úlcera péptica y enfermedad por reflujo gastroesofágico (3).
Técnicas como la meditación, el yoga o la respiración consciente pueden ayudar a reducir los niveles de estrés y mejorar la salud digestiva.
5. Comer conscientemente
Tomarse el tiempo para comer despacio y masticar bien los alimentos es esencial para una buena digestión. Comer demasiado rápido puede llevar a una digestión incompleta y causar malestar estomacal. Además, es importante escuchar al cuerpo, atender las señales de saciedad y evitar comer en exceso, ya que esto puede sobrecargar el sistema digestivo.
Cuidar la salud digestiva requiere un enfoque integral que incluya una alimentación balanceada, hidratación adecuada, ejercicio regular, gestión del estrés y hábitos alimenticios conscientes. Implementar estos hábitos en la vida diaria no solo mejorará la digestión, sino que también contribuirá al bienestar general.
Referencias
- Hydrating for Health. Why Drinking Water Is So Important. [Internet]. News In Health. 2023. [Consultado el 18 de agosto de 2024]. Disponible en: https://newsinhealth.nih.gov/2023/05/hydrating-health
- Peters, H. P., De Vries, W. R., Vanberge-Henegouwen, G. P., & Akkermans, L. M. Potential benefits and hazards of physical activity and exercise on the gastrointestinal tract.[Internet]. Gut, 48(3), 435–439. [Consultado el 18 de agosto de 2024]. Disponible en:https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1760153/
- Konturek, P. C., Brzozowski, T., & Konturek, S. J. Stress and the gut: pathophysiology, clinical consequences, diagnostic approach and treatment options.[Internet]. Journal of physiology and pharmacology : an official journal of the Polish Physiological Society, 62(6), 591–599. [Consultado el 18 de agosto de 2024]. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22314561/