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¿Qué son los antiácidos?

Los antiácidos son sustancias que tienen la capacidad de neutralizar o bloquear los ácidos producidos por las células del estómago, es decir, ayudan a tratar la acidez estomacal.

Generalmente son sustancias alcalinas o básicas. Los productos más conocidos y empleados como antiácidos son el bicarbonato de sodio, el carbonato de calcio, el hidróxido de aluminio y el hidróxido de magnesio.

Existen otras sustancias que actúan disminuyendo la producción de ácido en el estómago, en lugar de bloquearlo cuando ya se ha formado. Este efecto se obtiene modificando el funcionamiento de las células encargadas de producirlo, especialmente a través del bloqueo de zonas específicas de las mismas. Estos medicamentos son los llamados bloqueadores de receptores H2 (famotidina) o los bloqueadores de bombas de protones (omeprazol).

Los antiácidos se usan desde hace muchísimos años para tratar a personas que sufren trastornos asociados a la acidez gástrica, como son los síntomas por gastritis (inflamación de la mucosa del estómago), enfermedad úlcero péptica, dispepsia no ulcerosa (mala digestión), entre otros. Los antiácidos han sido muy utilizados debido a la elevada frecuencia con la que ocurren estos problemas.

¿Por qué se produce la acidez estomacal?

Nuestro estómago produce de manera natural una sustancia llamada ácido clorhídrico, el cual contribuye con la digestión de los alimentos, pero es altamente corrosivo. Aunque el estómago produce dicho ácido, debe protegerse a sí mismo de sus efectos, y esto lo logra mediante la formación de una gruesa capa de moco y la secreción de bicarbonato. Ambos actúan como una barrera de defensa que cubren las paredes del estómago.

A veces  la producción de ácido puede ser más elevada de lo necesario para la digestión, o la barrera de defensa se hace insuficiente para proteger el estómago de esta sustancia química. Al final se genera un desbalance entre protección y efecto ácido, que provoca que la persona sienta malestar, dolor, sensación de acidez, entre otros síntomas.

Las situaciones que pueden estimular una producción excesiva de ácido son: determinados alimentos, el estrés, fumar cigarrillos, la ingesta de bebidas alcohólicas y otras.

¿Cómo funcionan los antiácidos?

Los antiácidos, como ya se mencionó, son sustancias básicas o alcalinas, es decir, son lo contrario de un ácido, pero además al unirse a estos son capaces de combinarse y formar sustancias que no son ni ácidas ni alcalinas, sino neutras.

Por ello se dice que los antiácidos son neutralizantes. Cuando el ácido del estómago entra en contacto con un  antiácido, se formará agua y una sal. Esta reacción es rápida y por lo tanto el efecto antiácido también es rápido.

Muchos antiácidos se combinan en una misma tableta, por ejemplo, se puede combinar carbonato de calcio con hidróxido de magnesio. La finalidad de estas combinaciones es potenciar el efecto de cada componente, pero usando una menor dosis de cada uno.

También se puede optimizar la función de un antiácido si, además de utilizar el efecto bloqueante sobre el ácido formado, se le añade un medicamento que disminuya la producción del ácido por parte del estómago, como la famotidina. Esto último favorece no solo un efecto rápido, sino también duradero.

¿Cuál es el antiácido ideal?

Los antiácidos son medicamentos que neutralizan la acidez estomacal. El mecanismo es similar para sus distintos componentes: se unen a las moléculas del ácido estomacal para producir otro compuesto no ácido.

El poder para neutralizar la acidez que tiene un antiácido se denomina capacidad neutralizante de ácido, refleja la cantidad de sustancia que hace falta para neutralizar una concentración determinada de ácido estomacal (ácido clorhídrico).

El efecto de los antiácidos es rápido y temporal. Son utilizados ampliamente y algunos se conocen desde hace más de 100 años. Con frecuencia, se usan para aliviar los síntomas de gastritis y úlceras pépticas.

Algunos antiácidos pueden ser preferibles en situaciones específicas. Sus efectos secundarios varían, así como la velocidad de su reacción.

Antiácidos más usados

Los antiácidos pueden utilizar distintos componentes para neutralizar la acidez del estómago. Todos tienen el mismo objetivo final, pero sus mecanismos son diferentes.

Hidróxido de aluminio

El hidróxido de aluminio es un antiácido utilizado para tratar acidez estomacal, indigestión, síntomas de las úlceras pépticas y otros. Es una formulación de clorhidrato de aluminio y agua que neutraliza el ácido en el estómago.

El hidróxido de aluminio actúa en el corto plazo. Ya que se disuelve gradualmente, causa alivio de la misma manera y durante un período prolongado.

Este componente puede causar efectos secundarios como la constipación y la pérdida de apetito. Sin embargo, no son frecuentes. Otros efectos secundarios incluyen la depleción de fosfato, pues el hidróxido de aluminio tiene la propiedad de unirse al fosfato y evitar su absorción en el intestino.

El uso prolongado de hidróxido de aluminio puede debilitar los huesos en el largo plazo. Por esa razón es recomendable consultar a un médico si se va a administrar por más de dos semanas.

Hidróxido de magnesio

El hidróxido de magnesio es un antiácido que actúa rápidamente y después del carbonato de calcio, es el antiácido con mayor poder neutralizante de ácido. En la reacción del hidróxido de magnesio con los ácidos estomacales se forma cloruro de magnesio.

El efecto secundario más frecuente del hidróxido de magnesio es la diarrea. Por su acción laxante, también es usado como medicamento para la constipación. Esto debido a que el hidróxido de magnesio aumenta la cantidad de agua en los intestinos, lo cual genera movimientos intestinales.

Carbonato de calcio

El carbonato de calcio es un antiácido de efecto rápido y tiene el mayor poder neutralizante de ácido entre todos los productos de esta categoría. También es utilizado para promover la salud de los huesos en individuos con deficiencia de calcio.

El carbonato de calcio puede causar constipación y gases. Otros efectos secundarios menos comunes incluyen pérdida de apetito, náusea y vómitos.

Bicarbonato de sodio

El bicarbonato de sodio es un antiácido común, se ha empleado desde hace muchos años. Es el antiácido que actúa más rápidamente para neutralizar el ácido del estómago, sin embargo, su efecto desaparece rápidamente, también.

Su capacidad neutralizante de ácido es inferior a la del carbonato de calcio e hidróxido de magnesio. Su reacción con los ácidos gástricos produce cloruro de sodio.

El cloruro de sodio formado puede ser contraproducente en personas que tienen restricciones del mismo, por ejemplo los hipertensos y pacientes con insuficiencia cardíaca. El bicarbonato puede absorberse y provocar “alcalinización de la sangre”.

Famotidina (Antihistamínicos H2)

La famotidina, aunque no es un antiácido, forma parte de otro grupo de componentes llamado antihistamínicos H2 que también es utilizado para aliviar la acidez.

La famotidina bloquea los receptores de histamina H2, con lo cual se afecta la producción de ácido gástrico. Esto provoca que el estómago secrete menos ácido. Por lo tanto, la famotidina no alivia los efectos de la acidez ya existente, pero ayuda a impedir que se incremente.

Los efectos adversos de la famotidina son poco frecuentes y leves. Incluyen diarrea y constipación.

Combinaciones más efectivas de antiácidos

Con frecuencia, los antiácidos se combinan para crear medicaciones más efectivas o contrarrestar algunos de sus efectos secundarios.

Famotidina con hidróxido de magnesio y carbonato de calcio

El hidróxido de magnesio y el carbonato de calcio son dos antiácidos que aseguran un alivio inmediato para la acidez estomacal. Por otro lado, la famotidina es capaz de dar alivio duradero y evitar que se siga produciendo acidez.

El resultado es un medicamento especialmente efectivo que combina las propiedades de corto plazo de los antiácidos, con el efecto prolongado de un bloqueante de los receptores H2.

Hidróxido de aluminio e hidróxido de magnesio

Esta combinación es frecuentemente utilizada debido a que, juntos, ambos componentes pueden anular sus efectos secundarios sobre el tracto digestivo.

El hidróxido de magnesio es un laxante y puede causar diarrea cuando se consume solo. Por otro lado, el hidróxido de aluminio causa constipación, lo cual puede reducir o anular los efectos laxativos del otro.

Otra razón por la que estos componentes suelen estar juntos es que ambos son no absorbibles. Esto significa que suelen tener menos efectos adversos que los antiácidos absorbibles.

Dosis máxima diaria de antiácidos

La dosis diaria varía dependiendo del antiácido. Sigue cuidadosamente la dosis indicada por tu médico o la recomendada por el fabricante, pues normalmente se ajusta a las recomendaciones de las autoridades sanitarias locales. La combinación de antiácidos con reguladores de la producción de ácido estomacal, mejoran la efectividad y la seguridad de estos.

Los antiácidos son más efectivos si se toman alrededor de una hora después de comer. Sin embargo, si los síntomas se presentan durante la noche, es mejor no tomarlos junto con una comida.

¿Por cuánto tiempo puedo usar un antiácido?

Los antiácidos no deberían ingerirse por más de 1-2 semanas sin indicación médica. Pasado este período, se debe evaluar la causa de acidez persistente.

El período máximo de uso de antiácidos también depende de otras medicaciones que se estén tomando. Los antiácidos afectan la manera en que el cuerpo absorbe otras medicinas, por lo cual es mejor tomar estas 1 hora antes o 4 horas después de ingerir el antiácido.

¿Cuándo ir al médico?

En ocasiones, la acidez estomacal es síntoma de otra condición más grave que debe ser tratada con distintos fármacos.

Si presentas alguno de estos síntomas, consulta a tu médico:

  • Las molestias de acidez no cesan o empeoran con el tiempo.
  • Sientes acidez todos los días.
  • Sufres de náuseas y vómitos.
  • Hay sangre en tus heces.
  • Sufres de cólicos.
  • Dolor en la parte baja del abdomen, en el costado o en la espalda.
  • Diarrea grave persistente.
  • Dificultad para respirar o para tragar.
  • Pérdida de peso inusual.
  • Fiebre con dolor en el abdomen.

Hay varias situaciones en las que deberías evitar tomar antiácidos. Informa a tu médico antes de consumir un antiácido si cumples con algunas de estas condiciones:

  • Alergia a alguno o varios antiácidos.
  • Enfermedad renal.
  • Estás actualmente tomando calcio.
  • Estás tomando otros medicamentos diariamente.
  • Has tenido cálculos renales