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Una mirada desde adentro

Con 22 años y graduándome, Ingeniería mención Civil, largos días de estudio y sacrificios rendían sus frutos, mis compañeros organizaron la gran despedida con música, aperitivos y sobre todo alcohol. Yo como siempre tomé solamente algunos tragos, nada fuerte, suficiente para estar en ambiente y compartir.

En algún momento comencé a sentir náuseas y algo de dolor de estómago, se lo atribuí a que casi no había comido, así que me serví algunos bocadillos, pero esto empeoró las náuseas y ahora tenía mareos, así que me fui a casa.

Al llegar no me sentía mejor, pero no quise alarmar a nadie y solo me acosté, entonces las náuseas se transformaron en vómitos, sudoración y casi no podía respirar, mis padres preocupados me llevaron al hospital. En la emergencia me hicieron muchas preguntas, el médico se me acercaba para percibir mi aliento, me examinaron y sacaron sangre varias veces, mientras tanto me sentía cada vez peor, mareada, débil, mi respiración era muy acelerada y por momentos no entendía nada de lo que me decían, luego ya no supe de mí.

Por primera vez hospitalizada. Cuando desperté ya no estaba en emergencia, estaba en otra área, tenía mucho frío y estaba sola, no veía a mis padres, solo habían bolsas de suero, monitores con números y gráficos, sonidos intermitentes y montones de cables conectados a mi cuerpo.

Cuando comencé a llamar a mi mamá, como pude pues tenía una máscara de plástico que me cubría boca y nariz, apareció una enfermera, entonces me explicó que estaba en el área de cuidados intensivos pues mi diabetes (DM) se había descompensado.

¿Diabetes?¡le dije que no era diabética!, sé que es la DM, mi abuela tiene diabetes, he escuchado sobre su dieta, los medicamentos, las visitas al doctor, pero ¡yo tengo solo 22 años!

La enfermera comprendió que no sabía de qué me hablaba y me dijo que el médico me explicaría luego, así que revisó la bolsa de suero, hizo anotaciones de las cifras en los monitores y me preguntó si la máscara me molestaba o si sentía dolor o frío, entonces, me cubrió con una cobija y me dijo: ¡te pondrás bien!

No sé cuánto tiempo estuve en esa área, pero siempre que despertaba una enfermera estaba a mi lado, me decían tus padres acaban de salir, pero dejaron esto; habían fotos con imágenes de santos debajo de mi almohada y ellas me las mostraba. 

A veces despertaba porque me estaban aseando o me movían al cambiar las sábanas, les preguntaba la hora, solo sonreían y me preguntaban ¿para qué quería saberla?, pero siempre me la decían, en ocasiones era de madrugada, pero ellas siempre estaban ahí.

Cuando finalmente salí del área de cuidados críticos, el médico me explicó que tenía DM, lo que me ocurrió fue algo llamado cetoacidosis diabética, al parecer una complicación de esta enfermedad.

Trataban de determinar el tipo de diabetes que me afectaba, para mí la DM era una, la que mi abuela ha tenido antes de que yo naciera, pero no, el médico dijo que existen varios tipos, dos de ellas explican la mayoría de los casos que hay, son la DM tipo 1 y la tipo 2,

En la DM tipo 1, el cuerpo deja de producir la hormona que ayuda a asimilar el azúcar (la glucosa), esta hormona se llama insulina, al parecer el sistema inmunológico ataca a las células productoras de insulina y las destruye, por lo cual no es posible que el organismo utilice la glucosa y esta se acumula en la sangre, provocando varias complicaciones.

En la DM tipo 2, el organismo se hace resistente a la insulina, que al principio se produce bien, pero a medida que pasa el tiempo, también disminuye su producción. Los resultados son los mismos, aumenta la glucosa en la sangre y este exceso de glucosa va afectando casi a todos los órganos del cuerpo.

Mi abuela jamás ha estado hospitalizada, a pesar de tener más 30 años con esta enfermedad, según el médico para reducir las complicaciones y evitar hospitalizaciones es indispensable:

  • Llevar una vida saludable, cuidando la dieta
  • Ser estricto con el cumplimiento de los medicamentos para el control de la glucosa
  • Ser estricto con el tratamiento de las otras enfermedades, cuya combinación con la DM es mortal, como son la hipertensión arterial y la dislipidemia
  • Hacer ejercicios y mantener un peso adecuado a la estatura
  • Evitar los excesos

La diabetes de mi abuela se controla con unas pastillas que evitan que el azúcar se eleve en la sangre, en mi caso determinaron que tenía una diabetes diferente a la DM 1 o 2, pero debo recibir tratamiento como si fuera diabética tipo 1, es decir, debo recibir insulina y esta no viene en pastillas.

Ya hace mucho de mí “debut”, terrible sarcasmo, pero esa fue la primera vez que supe que tenía diabetes y voy a vivir con ella. Hasta hoy y desde entonces, con todo lo que he aprendido, he llevado una vida plena, llena de éxitos y satisfacciones.

Recuerdo a todas las personas que me acompañaron y me cuidaron en un momento tan difícil y tomo su dedicación y mística en el trabajo, como un ejemplo a seguir día a día en todo lo que hago.

Tener diabetes no es un impedimento para alcanzar las metas y mantener la diabetes en control es una meta más que debemos alcanzar.

Si quieres saber más sobre estrategias para alcanzar las metas en diabetes visita:

http://archives.diabetes.org/es/

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