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¿Qué son las emociones?

Las emociones son reacciones psicofisiológicas que todas las personas experimentan a diario, aunque muchas veces no se es consciente de ellas. Son estados de ánimo caracterizados por sentimientos, sensaciones y pensamientos que juegan un papel vital en la forma en que se relacionan los seres humanos consigo mismo y con su entorno. Las emociones son una parte integral de la vida y tienen un gran impacto en la salud emocional y física; estas pueden ir desde la alegría y el entusiasmo hasta la tristeza y la ira, pueden ser pasajeras, intensas e incluso poner fuera de control a la persona que las siente. Estas reacciones se dan ante situaciones que indican peligro, amenaza, daño, miedo, pérdida, éxito y sorpresa.

Beatriz Marcos, Psicóloga y Doctora en pedagogía, especialista en prácticas grupales e inteligencia emocional, afirma que “Las emociones juegan un papel central en nuestras vidas: nos informan, nos movilizan a la acción y nos permiten actuar con mayor precisión. Es importante aprender a escucharlas, a tomarlas en cuenta en nuestra toma de decisiones y en nuestra forma de reaccionar.”

Cada emoción prepara al organismo para una clase distinta de respuesta y cada persona experimenta las emociones de forma muy particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, su aprendizaje de vida y de la situación concreta que esté viviendo; haciendo que perciba e interprete la realidad de manera individual y diferente a los demás.

Nadie puede valorar, aprobar o descalificar las emociones, porque éstas son subjetivas. Lo que sí puede ser calificado es la manera de expresarlas.
Cada persona es responsable de sus emociones y de lo que hace con ellas.

Las emociones: salud física y mental

Las emociones están directamente relacionadas con la salud. De esta manera, quienes están emocionalmente sanos toman conciencia de sus pensamientos, sentimientos y comportamientos, por lo que aprenden formas saludables de lidiar con ellos.

Sin embargo, existen diversas situaciones inesperadas en la vida que pueden alterar la salud emocional, provocando intensos sentimientos de tristeza, estrés o ansiedad. Es decir, un despido, la muerte de un ser querido, un ascenso en el trabajo, problemas de dinero, matrimonio, divorcio, reubicación, entre otros. Al mismo tiempo, estas emociones pueden cambiar la salud mental de las personas, pero también pueden alterar la salud física. Es normal que te sientas incómodo, a veces triste, preocupado, asustado o ansioso. 

Cuando el cuerpo reacciona físicamente a los acontecimientos emocionales, esto se denomina conexión mente-cuerpo.  El cuerpo, es el encargado de responder a la manera de pensar, sentir y actuar. De este modo, existen una conexión mente-cuerpo que hace que, cuando sientas algunas emociones, reacciones de forma que notes que algo no está bien. Por lo tanto, las emociones negativas disminuyen la salud física y mental, mientras que los sentimientos positivos tienden a potenciarla. Además, en general, las personas con buena salud tienden a experimentar más emociones positivas y menos emociones negativas.

De hecho, cuando se mantiene pensamientos negativos en la mente durante un minuto, el sistema inmunitario se debilita por unas cinco horas quedando en una situación delicada, por lo que, si estos juicios o emociones negativas se mantienen en el tiempo, estarás más predispuesto a contraer enfermedades como resfriados e incluso infecciones por la debilidad del sistema inmune que protege.

En efecto, las reacciones emocionales que se prolongan en el tiempo hacen que se activen mecanismos fisiológicos como la tensión o la elevación de la presión sanguínea, aumentando el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares o musculares.

Según expertos en psicología y pioneros de las emociones y/o expresiones físicas, determinan que algunas emociones se encuentran vigentes en todas las culturas e individualmente cada una detona una secuencia de mecanismos fisiológicos que tienden a prepararte para actuar de una manera definida en cada circunstancia. Para Robert Solomon, “las emociones son juicios. Si yo no creo que he sido maltratado, no puedo sentirme airado”.

En definitiva, las emociones y la salud están íntimamente relacionadas. Cada persona reacciona de manera diferente ante determinadas situaciones y sensaciones. Algunas desarrollan problemas físicos como dolores de cabeza o indigestión; cognitivos: preocupación excesiva, trastorno obsesivo-compulsivo o conductuales como las adicciones cuando se enfrentan a demasiado estrés emocional.

Funciones de las emociones

Las emociones, vistas como mecanismos fisiológicos, ayudan a aumentar el bienestar y las probabilidades de supervivencia. Además de que pueden modificarse, al menos en parte, conforme a las experiencias y los aprendizajes acumulados en la vida. Algunas de sus funciones más relevantes y destacadas por expertos son:

  • Función adaptativa. Cada emoción, con su utilidad específica, facilita que te ajustes a nuevas condiciones ambientales.
  • Función motivacional. Las emociones potencian y dirigen conductas con el objetivo de pasar de una situación dolorosa o desagradable a una placentera o agradable.
  • Función comunicativa. Es una fuente de información a nivel intrapersonal, comunica sentimientos e intenciones en las relaciones. 

Importancia de las emociones

Las emociones son muy importantes en la vida de las personas debido a que reflejan su mundo interno y lo que interpreta de lo que sucede a su alrededor. Expresar las emociones y sentimientos sirven para desahogarse y para separar las emociones y pensamientos negativos por positivos.

Por otro lado, permiten formar vínculos afectivos e influir en procesos complejos que interfieren en la motivación, el interés y el placer; también dan lugar a mecanismos de autodefensa en situaciones desagradables.

Aprender a detectar y aceptar las emociones es de gran relevancia para poderlas controlar y así, no ser manejados por ellas, de esta manera se podrá vivir una vida más feliz.

Tipos de emociones

  • Miedo: sentimiento de riesgo o advertencia que crea inseguridades, angustia y ansiedad.
  • Sorpresa: sentimiento de espanto o susto, alteración o sorpresivo que puede ser fugaz o pasajero.
  • Asco o aversión: sentimiento de desagrado, repugnancia.
  • Ira: sentimiento de irritación, enfado, rencor y enojo.
  • Alegría: sentimiento de felicidad, encantador y gratificante.
  • Tristeza: sentimiento de dolor, sufrimiento, angustia y desaliento.

¿Cómo expresar las emociones?

Es crucial expresarse correctamente; además de promover la salud mental esta habilidad permite una mejor conciencia situacional y de interacción interpersonal más satisfactoria. Sin embargo, muchas personas no saben cómo expresar sus emociones, algunas ni siquiera saben diferenciar qué emoción están sintiendo, lo que les impide expresarse adecuadamente, trayendo como consecuencia problemas para relacionarse con los demás. A continuación, algunas recomendaciones para lograrlo de una manera efectiva:

  • Enfrenta la realidad: Deja de bromear y de excusarte. Aunque puede ser difícil expresar las emociones, debes hacerlo como un adulto. Además, si las escondes, te acorralarán y aparecerán en el momento equivocado. Así que, incluso cuando las cosas sean difíciles, haz todo lo posible por dejar afuera el miedo, la ansiedad, la decepción, el amor, el perdón y la gratitud. Puede sentirse incómodo e intimidante, pero cuando se atraviesa la emoción y se actúa de la manera correcta, podrás sentirte relajado y en paz.
  • Evita las palabras negativas: Trata de usar un lenguaje cortés, amable e incluso si se tiene algo «malo» que decir. En este sentido, es común cometer el error de culpar a los demás, descalificar al otro, tergiversar la verdad o sentirse víctima de la circunstancia utilizando expresiones negativas.
  • Ordena las ideas: En ocasiones, seguir un plan puede ser un desafío si necesitas expresar algo. Si hablas apresuradamente, es probable que la persona frente a ti te diga que hagas una breve pausa, tomes un respiro y luego reformules lo que acabas de decir.
    Si se te dificulta manifestar lo que sientes, toma un papel y escribe lo que consideres más importante. De esta forma, podrás seguir un orden y retomar el punto de partida o donde te hayas quedado.
  • Presta atención a la comunicación no verbal: Cuando hables con alguien, tu rostro y tu lenguaje corporal, tanto consciente como inconscientemente, transmiten información. Por ejemplo, hacer cosas como apartar la mirada, tocarte la nariz, mover las manos, etc.  eso podría o no ser útil para cuando estés hablando frente a alguien.

    Puedes usar ese lenguaje no verbal para transmitir emociones, empleándolas a través de una postura, una voz segura o gestos más serenos. Incluso si estás nervioso, puedes transmitir algo más siendo más consciente de tu lenguaje corporal.
  • Espera el momento adecuado: Ten cuidado al elegir el momento y el lugar para expresar las emociones. Libera el impulso. Analiza qué situación especial promueve el discurso. Lo más importante, es lograr el efecto que necesitas no solo para el otro sino también para ti. Lo recomendable es mantener la cabeza fría, estar tranquilo, relajado y confiado. Espere a que esto suceda y luego inicias la conversación.

Beneficios de expresar las emociones

  • Sentimiento de liberación: cuando se expresan los sentimientos te sientes libre, es decir, eliminas cargas negativas y esto, te permite vivir más tranquilo. Por el contrario, si no se manifiestan los sentimientos y no se expresan las emociones, las cargas negativas irán pesando cada vez más hasta afectar psicológica y fisiológicamente.
  • Reducción del estrés mental: al expresar las emociones se liberan las emociones y pensamientos negativos que generan estrés emocional, por lo tanto, mejora el bienestar del individuo.
  • Trabaja la empatía hacia los demás:  El nivel de conexión con el mundo, ayuda a entender mejor las emociones de la gente que nos rodea.

En resumen, las emociones son esenciales para la vida humana ya que permiten a las personas comunicarse, adaptarse y protegerse de situaciones adversas. Es importante aprender a detectar y expresar los sentimientos de manera adecuada para poder gestionarlas y vivir una vida más feliz y plena.

Recuerda, la vida está llena de emociones no tan positivas, y es fundamental afrontar las enfermedades y situaciones cotidianas con el mayor optimismo posible, y así controlar todos los pensamientos de negativos a positivos para un mejor funcionamiento del cuerpo y mente y una mayor defensa ante la enfermedad.

Fuentes consultadas:
www.mheducation.es
www.awenpsicologia.com