El calcio es el mineral más abundante en el organismo y desempeña un papel crucial en la formación y mantenimiento de huesos y dientes, así como en otros procesos vitales como la contracción muscular, la función nerviosa, la coagulación sanguínea y la regulación de la presión arterial.

Aunque a menudo se asocia la necesidad de consumir calcio con la vejez, que es cuando los huesos pueden volverse más frágiles, la realidad es que este mineral es importante en todas las etapas de la vida, especialmente durante la juventud cuando el tejido óseo se está consolidando.

Este importante mineral no lo podemos producir, debemos ingerirlo con los alimentos o con suplementos. La recomendación de ingesta diaria varía con la edad, en los adultos oscila entre 1000mg y 1200 mg de calcio elemental.

Los adolescentes que están pasando por el “estirón puberal” es uno de los grupos de edad que requiere 1200 mg de calcio al día. Durante este proceso el sistema óseo está en su punto máximo de formación y fortalecimiento, de ahí la mayor necesidad de este nutriente.

La principal fuente de calcio son los alimentos lácteos y sus derivados, algunos vegetales de hoja verde y peces como la sardina (especialmente el esqueleto), entre otros. También hay suplementos de calcio que tienen concentraciones variables de este mineral.

¿En qué circunstancias puede hacerse necesario obtener calcio desde suplementos?

Aunque una dieta equilibrada debería proporcionar suficiente calcio para la mayoría de las personas, en algunos casos puede ser necesario recurrir al uso de suplementos de calcio, por ejemplo, cuando:

  1. Existe problemas de intolerancia a ciertos alimentos, la dificultad para digerir la lactosa, azúcar presente en la leche y sus derivados, hace imposible aprovechar este tipo de alimentos, por lo cual la persona debe aumentar su ingesta de otros alimentos no lácteos y /o usar suplementos.
  2. Enfermedades intestinales que afectan la absorción de nutrientes en general como la enfermedad celíaca, enfermedades inflamatorias crónicas, problemas del páncreas que ocasionen diarreas y otras.
  3. Hábitos alimenticios: Preferencias de ciertos alimentos bajos en calcio o que favorecen su pérdida como son las gaseosas, excesos en l ingesta de café o té.
  4. Enfermedades que afectan el balance del calcio en el organismo y producen pérdidas del mineral. Entre otras condiciones.

Además de la salud ósea el calcio también ha demostrado ser beneficioso

  1. Apoyo a la salud muscular y nerviosa: El calcio puede contribuye con mantener una función muscular y nerviosa saludable, lo que es importante para el rendimiento físico y la calidad de vida.
  2. Reducción del riesgo de hipertensión: Hay estudios que plantean que la adecuada ingesta de calcio favorece una disminución del riesgo de desarrollar hipertensión arterial a lo largo de la vida.

¿Cuáles son los tipos de suplementos de calcio que existen?

Las dos presentaciones de suplementos de calcio más comunes son el carbonato de calcio y el citrato de calcio. En el caso del carbonato de calcio, este debe ingerirse al comer para garantizar su absorción. En cambio, el citrato de calcio se absorbe mejor con el estómago vacío o después de comer.

El sulfato de calcio, la hidroxiapatita microcristalina de calcio, el ascorbato de calcio, el fosfato de calcio, el gluconato de calcio y el lactato de calcio son otras presentaciones de suplementos de calcio.

Es importante recordar que la suplementación de calcio es una medida a considerar solo si el paciente no puede obtener el calcio a través de los alimentos que lo contienen. Por lo tanto, sólo un médico puede determinar si hace falta la suplementación, en qué dosis y presentación y por cuánto tiempo.

Fuentes: