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Estimado Dr.(a).

   A partir del 30 de enero la OMS elevó la alarma del brote del coronavirus 2019-nCoV de alerta a emergencia internacional, aun bajo la recomendación de no restringir los viajes hacia y desde la ciudad de Wuhan en China, medida de restricción que ha tomado de forma unilateral y responsablemente el gobierno local.

   Entre tanto, los diferentes centros de control de enfermedades siguen de cerca el comportamiento del nuevo virus, el cual ha demostrado una alta virulencia, dado el crecimiento exponencial en el número de casos.

   En virtud de favorecer el desarrollo rápido de alternativas terapéuticas específicas, las autoridades chinas han secuenciado y compartido el genoma completo del virus, el cual resultó ser un betacoronavirus, similar a los virus MERS y SARS, todos relacionados con un origen común, su reservorio principal son los murciélagos.

   La OMS ha elevado el nivel a emergencia debido a la presencia de contagios persona a persona en varios países, en los cuales los casos confirmados se vienen elevando. Le comentamos cómo ha sido la presentación clínica descrita en pacientes con infección confirmada:(1)

  • El período de incubación se ha estimado en 5 días en promedio (4 a 7 días).
  • 83 a 98% de los pacientes se han presentado con fiebre intermitente y 76 a 82% con tos no productiva.
  • Mialgias y astenia han antecedido a los síntomas respiratorios, en un rango de 11 a 44%.
  • Cefalea, hemoptisis y diarrea han sido infrecuentes.

   La mayoría de los casos de neumonía por el virus, han ocurrido en adultos (59 años de edad promedio) de sexo masculino predominantemente y con algún comorbido (casi la mitad de ellos), como ha sido descrito en un estudio de casos recientemente publicado(2). El curso clínico varía desde la infección asintomática (reportado en un niño) hasta el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), el cual, según los reportes se ha desarrollado en el 17 a 29% de los pacientes hospitalizados, de los cuales cerca de 30% requirieron cuidados intensivos para recibir algún grado de soporte ventilatorio. En 10% de los hospitalizados se presentó alguna co-infección bacteriana. 

   Las complicaciones incluyen miocardiopatía y daño renal agudo. La letalidad, así como las complicaciones tienen un importante sesgo debido a que los reportes son en pacientes hospitalizados.

   Las alteraciones de laboratorio observadas con mayor frecuencia han sido:

  • Leucopenia (9 a 25%)
  • Leucocitosis (24 a 30%)
  • Linfopenia (63%)
  • Elevación de las transaminasas (37%). 
  • Los infiltrados observados en estudios radiológicos (radiografía y tomografía) son bilaterales. Múltiples áreas de consolidación y opacidades en vidrio esmerilado han sido los hallazgos más típicos.

    El diagnóstico definitivo, es a través de la identificación del ARN del virus por amplificación a través de PCR (reacción en cadena de la polimerasa) en las secreciones respiratorias superiores obtenidas por hisopado nasal o de vías respiratoria inferiores, por lavado bronco-alveolar. No se ha establecido aun el tiempo de eliminación del virus en las secreciones, pero tomando a otros coronavirus como referencia, se estima que puedan ser varias semanas. El Centro de Control de Enfermedades en Estados Unidos ya dispone de un kit para hacer la identificación del mismo.

   Finalmente, aun no existe un tratamiento específico para la infección viral, por lo cual el manejo está orientado a dar soporte al paciente según la gravedad del cuadro clínico, como indicado por la OMS en sus recomendaciones (3) publicadas el 12 de enero. 

    El manejo clínico de la neumonía, de las complicaciones, la prevención y control de otras infecciones sobre añadidas y el soporte avanzado de vías respiratorias y otros órganos, amerita la  implementación inmediata de las medidas recomendadas en los estándares internacionales, le recomendamos mantener a la mano la guía oficial de la American Thoracic Society and Infectious Diseases Society of America (4) y  las pautas de la campaña de supervivencia de la sepsis.(5)

    Se deben evitar los corticosteroides, debido a la posibilidad de prolongar la replicación viral, a menos que se indique por otros motivos (por ejemplo, exacerbación de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica), según el juicio clínico sobre la base de riesgo-beneficio.

    Fuentehttps://www.cdc.gov