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Vitamina D y diabetes

La vitamina D, un nutriente esencial para la salud ósea y para diferentes funciones metabólicas, en la última década se han comprendido otras funciones importantes como el rol en el metabolismo de los carbohidratos y por tanto en la diabetes, enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. A lo largo de este artículo, exploraremos qué es la vitamina D, qué es la diabetes y si la suplementación con esta vitamina puede tener un efecto en la reducción del riesgo de diabetes.

¿Qué es la vitamina D?

La vitamina D es el nombre que se le da a un grupo de vitaminas liposolubles que desempeñan un papel vital en la absorción de calcio y fósforo en el intestino, así como a diversas funciones hormonales y metabólicas. Esta vitamina tiene dos orígenes diferentes:

  • Vitamina D2: proviene de fuentes vegetales (hongos, cereales fortificados).
  • Vitamina D3: proviene de fuentes animales (pescados, lácteos, huevos, etc.) También se obtienen a través de la exposición a la luz solar, fuente más importante, y con el consumo de suplementos.

¿Qué es la diabetes?

La diabetes es una enfermedad metabólica crónica, caracterizada por la presencia de elevados niveles de glucosa en la sangre. Existen varios tipos de diabetes, pero los más comunes son:

  • Diabetes tipo 1: en este caso, el sistema inmunológico ataca y destruye las células productoras de insulina en el páncreas, lo que requiere la administración de insulina para regular los niveles de azúcar en sangre.
  • Diabetes tipo 2: se desarrolla cuando el cuerpo no utiliza eficazmente la insulina que produce o no produce suficiente. La diabetes tipo 2 está vinculada con la obesidad y con algunos hábitos.

Vitamina D y la diabetes

La vitamina D desempeña un papel importante en la regulación del metabolismo de la glucosa y la sensibilidad a la insulina. Por esta razón, varios estudios científicos han investigado la relación entre la vitamina D y la diabetes.

En ese sentido, se ha descubierto que los receptores de vitamina D se encuentran en diversos tejidos del cuerpo, incluyendo las células pancreáticas, que son responsables de la producción de insulina. Cuando los niveles de vitamina D son insuficientes, esto puede afectar negativamente la función de estas células y como consecuencia se altera la regulación de la glucosa en sangre.

Estas alteraciones incrementan el riesgo de padecer diabetes, tal y como se describe en un estudio publicado por la Revista Médica de Chile en 2010 (1), en el que también se explica que “pacientes deficientes de vitamina D y con limitada secreción de insulina, muestran una mejora en la síntesis de ésta última una vez que la vitamina es suplementada en la dieta”, lo que demuestra el impacto que tiene la vitamina D en los procesos metabólicos.

La vitamina D también influye en el desarrollo de las complicaciones renales asociadas a la diabetes (nefropatía). En un estudio del 2013, publicado por la revista Endocrinología y Nutrición (2), perteneciente a la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y  la Sociedad Española de Diabetes (SED), se afirma que los pacientes con diabetes y enfermedad renal crónica tienen déficit de vitamina D, por lo que, según los autores de la investigación “parece fundamental la suplementación con vitamina D” en este tipo de casos.

Entonces, además de tener un rol preventivo, la persona que desarrolla diabetes necesita vitamina D para mejorar la liberación de insulina, aprovechar mejor la glucosa e influir en el retardo de complicaciones asociadas a este problema de salud.

Tener un adecuado nivel de vitamina D: clave en la prevención la diabetes

La vitamina D, tan necesaria para regular los procesos relacionados con la producción de insulina, entre otras funciones, debe mantenerse en un nivel apropiado en la sangre, esto es 30ng/ml y se puede obtener con la exposición solar o con el consumo de ciertos alimentos, como pescados grasos, cereales fortificados, lácteos, etc.

Sin embargo, cuando no se produce suficiente vitamina D, el uso de suplementos puede ser de gran ayuda para compensar el déficit.  En ese sentido, existen dos tipos de suplementos, el ergocalciferol (vitamina D2) y el colecalciferol (vitamina D3). Ambas se absorben y pasan al torrente sanguíneo donde tendrán el mismo comportamiento, como si fueran producidas a nivel de la piel, contribuyendo a tener un nivel adecuado para todas las funciones en las que participa dicha vitamina.

Estos suplementos están disponibles en diferentes presentaciones comerciales, como tabletas, cápsulas orales, soluciones orales o sublinguales. La dosis y presentación más adecuada dependerá del criterio médico.

Fuentes:

  1. Jódar-Gimenoa, Esteban; Muñoz-Torres, Manuel. Sistema hormonal D y diabetes mellitus: lecciones de los activadores selectivos del receptor de vitamina D [Internet]. Endocrinología y nutrición. Revista Elseiver Vol.60. Núm.2. Pág. 87-95; [2013]. Disponible en:
    https://www.elsevier.es/es-revista-endocrinologia-nutricion-12-articulo-sistema-hormonal-d-diabetes-mellitus-S1575092212001556
  1. Querales, Marvin Isaac; Cruces, María Elena et al. Association between vitamin D deficiency and metabolic syndrome [Internet]. Revista médica de Chile, 138(10), 1312-1318; [2010]. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872010001100017&lng=en&nrm=iso