¿Qué es la vista y su importancia?

La vista es uno de los sentidos más importantes debido a que a través de ella se pueden percibir formas, distancias, posición, tamaño y color de todas las cosas que existen. Además, es uno de los sentidos más evolucionados y esencial para la mayoría de las actividades diarias, ya que es el encargado de procesar gran parte de la información que recibe el cerebro sobre el entorno.

En las últimas décadas la vista ha estado más expuesta al uso prolongado de las pantallas como: teléfonos móviles, tabletas, ordenadores y televisores, causando consecuencias negativas en la salud visual. Si bien las pantallas ofrecen una gran cantidad de beneficios, el tiempo excesivo frente a ellas puede ocasionar riesgos significativos para la salud, especialmente en la visión debido a que el músculo ocular y sus otros componentes se esfuerzan consecutivamente para dar el enfoque correcto que permite una visión clara y nítida.

Los ojos en reposo enfocan fácilmente a larga distancia. Sin embargo, cuando deben precisar una imagen cercana ponen en marcha mecanismos de compensación que demandan esfuerzo. Estas tareas acomodativas producen la llamada fatiga ocular.

¿Cómo afecta el uso de pantallas a la visión?

La concentración que demanda una pantalla no es despreciable y los ojos tienden a permanecer más tiempo abiertos disminuyendo considerablemente el parpadeo. En forma regular se parpadea entre 15 y 20 veces por minuto, pero se puede reducir a tres parpadeos por minuto con el uso de estos dispositivos. Así mismo, las pantallas emiten una cantidad considerable de luz azul, siendo ésta un fragmento del espectro lumínico que tiene la capacidad de penetrar hasta la retina, llegar a la mácula y deteriorarla con el paso del tiempo.

Por otro lado, uno de los síntomas más frecuentes asociados al uso de las pantallas es la sensación de sequedad ocular la cual se produce como consecuencia de la disminución del parpadeo. Cuando se mira de forma fija una pantalla por un tiempo prolongado, los párpados se mueven hasta un 30% menos de lo que lo harían normalmente, esto reduce la cantidad de lágrimas y por ende se reduce la hidratación del globo ocular.

Con este tipo de prácticas también se puede manifestar sensación de visión borrosa y fatiga ocular por uso prolongado de las pantallas. Concretamente, al conjunto de sintomatología de visión borrosa, fatiga ocular y ojo seco se le conoce como Síndrome Visual Informático.

No sólo en los adultos se pueden presentar estos síntomas, los niños también pueden padecer de estas alteraciones y molestias. Por ello, es importante concienciar desde la escuela y el hogar sobre los hábitos correctos de uso de las pantallas.

Consecuencias del Síndrome visual informático (SVI)

  • Postura incorrecta: Una mala postura al usar dispositivos electrónicos puede provocar tensión en los músculos del ojo y en el cuello.
  • Condiciones ambientales: una iluminación excesiva o insuficiente puede provocar fatiga y aumento de la tensión ocular. Así mismo, un ambiente seco, con mucho polvo, humo y otros factores como temperaturas extremas pueden irritar los ojos y exacerbar los síntomas del SVI.
  • Problemas de visión preexistentes: las personas con problemas de visión preexistentes, como miopía, hipermetropía o astigmatismo, pueden ser más propensas a experimentar los síntomas del SVI, ya que experimentan un esfuerzo visual adicional para enfocar las imágenes de forma clara. Al usar dispositivos electrónicos durante períodos prolongados, este esfuerzo visual se intensifica, lo que conduce a una mayor fatiga y sequedad ocular, dolor de cabeza, entre otros.
  • Problemas de sueño: la luz azul de las pantallas también puede suprimir la producción de melatonina, una hormona que ayuda a regular el sueño.
  • Degeneración macular: algunos estudios sugieren que la exposición prolongada a la luz azul puede aumentar el riesgo de degeneración macular, la cual es una enfermedad visual que puede desencadenar la pérdida de visión. Sin embargo, se necesita más investigación para confirmar esta asociación.
  • Miopía: existe algunos estudios que aseveran que el uso excesivo de pantallas puede aumentar el riesgo de desarrollar miopía, especialmente en niños. La miopía es una condición que hace que la imagen a la distancia se vea borrosa.

Recomendaciones para reducir los efectos negativos de las pantallas en la salud visual

Existen algunas buenas prácticas que se pueden aplicar en la cotidianidad para disminuir los efectos negativos de las pantallas en la salud visual:

  • Descansar la vista: es una buena práctica mirar fuera de la pantalla cada veinte minutos durante unos veinte segundos.
  • Establecer una distancia adecuada con los dispositivos:  las pantallas, como mínimo, deben estar a 60 centímetros de los ojos. Para pantallas más grandes, como la del televisor, la distancia mínima es de dos metros.
  • Ajustar la configuración de la pantalla: es necesario reducir el brillo de la pantalla, aumentar el contraste y usar un filtro de luz azul.
  • Estar consciente del pestañeo: parpadear con frecuencia ayuda a mantener los ojos lubricados y prevenir la sequedad.
  • Usar colirio: si se experimenta sequedad ocular, los colirios pueden proporcionar un alivio temporal y ayuda a mantener la hidratación de los ojos.
  • Realizar exámenes oftalmológicos regulares: visite a su oftalmólogo para realizar una revisión y diagnóstico regular, de esta manera se podrá detectar a tiempo cualquier problema de visión preexistente.
  • Adoptar un estilo de vida saludable: una buena salud ocular va de la mano con un estilo de vida saludable en general. Asegúrese de llevar una dieta equilibrada, realizar ejercicio físico regularmente y dormir lo suficiente.
  • Iluminar adecuadamente los espacios: asegúrese de que la luz ambiente sea superior que la del dispositivo. 
  • Mantener una buena higiene visual: lávese las manos con frecuencia y evite frotarse los ojos.

Además de seguir estos consejos, es importante tener en cuenta que la salud visual forma parte de la salud general, por eso, es necesario procurar una dieta balanceada, hacer ejercicio regularmente y dormir lo suficiente.

También es importante inculcar hábitos y costumbres diariamente para cuidar la salud visual, tanto en niños como en adultos, por eso se recomienda descansar la vista cinco minutos cada media hora con otras actividades alejadas de las pantallas. Las revisiones oftalmológicas periódicas también tienen un papel fundamental en el cuidado de los ojos, sobre todo, si notas algún cambio en la visión.  

Recuerda, no se trata de dejar de emplear las pantallas en tu rutina, lo que sí es necesario es practicar estas recomendaciones para reducir el efecto perjudicial en la salud visual.