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¿Qué es la menopausia?

La menopausia es una etapa que indica el cese de la vida reproductiva de una mujer. Conlleva muchos cambios físicos y emocionales que se pueden enfrentar con tratamiento médico tradicional o con terapias alternativas y con buenos hábitos de vida.

Durante la mediana edad, entre 45 y 55 años, los periodos menstruales de una mujer se vuelven cada vez más distantes hasta desaparecer por completo. Los ovarios ya no liberan óvulos ni producen hormonas.

También aparecen otros síntomas físicos o emocionales:

  • Sofocos.
  • Problemas de sueño.
  • Sequedad vaginal.
  • Aumento de peso y metabolismo lento.
  • Adelgazamiento del cabello.
  • Disminución de la densidad ósea.
  • Cambios de humor.
  • Cansancio.
  • Dolor de cabeza.
  • Escalofríos
  • Piel seca.

Durante esta etapa y ante estos cambios, surgen en la vida de una mujer dudas y preocupaciones:

¿Cuánto dura la menopausia?

Es variable, puede oscilar entre 1 y 10 años.

¿Qué tratamiento es recomendable para la menopausia?

El médico, previa evaluación y antecedentes de la paciente, decidirá el tratamiento a seguir. En algunos casos no es necesario tratamiento sino simplemente cambiar de hábitos.

¿Ayuda para la menopausia la medicina alternativa?

En algunos casos se recurre a ella según lo decida el médico tratante.

¿Cómo mantenerse saludable en este periodo de tiempo?

Practicando buenos hábitos de vida, en cuanto a alimentación y ejercicios.

¿Qué enfermedades o trastornos están asociados a la menopausia?

Osteoporosis, diabetes, problemas del corazón, ansiedad, insomnio.

Y todavía hay un sinfín de preguntas que pueden aparecer de la mano de la menopausia, considerando que cada mujer la experimenta de un modo muy diferente. Inclusive, hay casos en que no hay ningún síntoma excepto la desaparición del periodo menstrual.

En este proceso influye de manera radical la buena actitud que cada mujer asume frente a esta realidad.

¿Cuáles son los síntomas de la menopausia?

Los síntomas principales de la menopausia son:

  • Cambios en el ciclo menstrual: los períodos menstruales cambian su frecuencia e intensidad.
  • Sofocos o calores súbitos: son el síntoma más común de la menopausia. Consisten en un calor que se siente desde el pecho hasta la cabeza, ocurren en oleadas. La piel puede enrojecerse y sudar, puede sentirse indisposición estomacal y mareo, también puede desencadenarse dolor de cabeza y sentirse que el corazón late fuerte y rápido.
  • Sequedad vaginal: la vagina pierde la capacidad de producir lubricación durante la excitación sexual, lo que se traduce en dolor durante las relaciones sexuales. También pueden presentarse infecciones en la vejiga o en el tracto urinario.
  • Dolores de cabeza, sudores nocturnos y dificultad para conciliar el sueño: la falta de sueño REM (etapa de sueño durante la cual se sueña) puede hacer que se sienta cansada, estresada y de mal humor. También se presenta dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormida. Este mal dormir puede causar dolores de cabeza.
  • Aumento de peso: como parte de los cambios hormonales, algunas mujeres pueden experimentar cambios en su peso. La tendencia es a aumentar de peso. La masa muscular disminuye mientras que la grasa aumenta. Esta pérdida de masa muscular disminuye la velocidad a la cual tu cuerpo utiliza las calorías (metabolismo).
  • Apetito sexual: es posible que tus sentimientos acerca del sexo estén cambiando durante la menopausia, tal vez menos interesada o por el contrario más liberada.
  • Alteraciones en la piel: por la pérdida de colágeno en los tejidos.

No todos estos síntomas se presentan en bloque ni todas las mujeres los padecen. Lo importante es reconocerlos y aprender a tomar las previsiones para cada uno de ellos, abordarlos con paciencia, aprendiendo cada día cómo enfrentarlos y manteniendo una actitud positiva.

¿Cómo abordar la menopausia?

  • Afrontar este momento de tu vida con una actitud positiva. Es una nueva etapa en la que puedes dedicarte más tiempo a ti misma, a vivir nuevas experiencias o a desarrollar aficiones.
  • Realizar ejercicio físico moderado de manera regular. La actividad física produce importantes beneficios cardiovasculares, retrasa la aparición de trastornos y mantiene el peso a raya y los músculos fuertes.
  • Evitar el aumento de peso y la aparición de dolencias como la hipertensión arterial o el colesterol alto. Por este motivo, es preciso reducir el consumo de grasas saturadas y azúcares simples, así como aumentar el de frutas, verduras, cereales y alimentos ricos en calcio.
  • Moderar el consumo de café y alcohol para no afectar las rutinas de sueño y descanso.
  • Evitar fumar.  La nicotina estimula el cuerpo y dificulta conciliar el sueño y aumenta el riesgo de coágulos de sangre en las piernas y pulmones.
  • Consumir hormonas como terapias de reemplazo hormonal solo si lo indica su médico. En este caso asista a controles regulares, hágase mamografías y densitometrias según la frecuencia que exija el especialista.
  • Controlar los sofocos con ropa liviana, preferiblemente clara. Practique respiraciones profundas y lentas cuando comience a sentir el calor. Pruebe técnicas de relajación como yoga o meditación.
  • Conversar con alguien de su confianza, amigo, familiar o vecino para disminuir la ansiedad, tener momentos de distracción y drenaje.
  • Usar lubricantes hidrosolubles o estrógenos en crema durante la relación sexual para aliviar la sequedad vaginal.
  • Ayudar al tono muscular vaginal practicando los ejercicios de Kegel.

Importancia de la nutrición y buenos hábitos en la menopausia

La alimentación de la mujer en la menopausia debe incluir todos los alimentos de la pirámide nutricional que se aconsejan para la población adulta.

Entre ellos arroz, pasta, legumbres, frutas y verduras, carnes con poca grasa y pescado, leche y productos lácteos desnatados (preferiblemente enriquecidos en vitamina D).

A continuación se describen algunos consejos nutricionales para la mujer en la menopausia:

  • Aumentar el consumo de alimentos ricos en calcio como la leche y productos lácteos desnatados.
  • Aumentar la ingesta de pescado rico en omega 3.
  • Consumir productos vegetales como frutas y verduras.
  • Consumir legumbres, incluyendo la soya, al menos 2 veces a la semana.
  • Aumentar el consumo de fibra pero sin excederse, ya que un alto consumo de fibra en la dieta puede reducir la absorción de calcio.
  • Limitar la ingesta de sodio, sobre todo cuando exista hipertensión arterial.
  • Limitar el consumo de alimentos animales ricos en grasas saturadas.
  • Disminuir el consumo de cafeína, ya que puede incrementar el calcio en la orina y limitar su absorción.
  • Utilizar preferentemente aceites de semillas o de oliva.
  • Reducir el consumo de fitatos (se encuentran en el salvado), ya que forman sales insolubles con el calcio e impiden su absorción.
  • Evitar el consumo de tabaco y moderar la ingesta de alcohol.
  • Mantener una ingesta adecuada de alimentos que contengan vitamina D e incrementar la exposición al sol en forma saludable, en paseos y protegiendo la piel.
  • Realizar actividad física de manera regular.
  • Evitar el sobrepeso, manteniendo una ingesta calórica adecuada.

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Consejos para la mujer menopáusica

  • Acude a tu ginecólogo.
  • Controla tu alimentación.
  • Cuida tu suelo pélvico.
  • Nutre al máximo tu piel.
  • Haz ejercicios diarios por al menos 30 minutos.
  • No te automediques.
  • Quiérete mucho.

Las hormonas y la menopausia

Por lo general, no se necesitan exámenes para diagnosticar la menopausia, basta con los síntomas más frecuentes y conocidos para saber que la estás experimentando.  Pero, en determinadas circunstancias, es posible que el médico recomiende análisis de sangre para comprobar los niveles de estos valores:

  • Hormona estimulante del folículo (FSH, por sus siglas en inglés) y estrógeno (estradiol), porque los niveles de FSH aumentan y los de estradiol disminuyen cuando se presenta la menopausia.
  • Hormona estimulante de la tiroides (TSH, por sus siglas en inglés), porque una tiroides con baja actividad (hipotiroidismo) puede causar síntomas parecidos a los de la menopausia.

Para aliviar los síntomas y prevenir los trastornos crónicos que pueden derivar de la menopausia se pueden usar estos tratamientos recomendados por Mayo Clinic:

  • Terapia hormonal, o terapia con estrógeno, es la opción de tratamiento más eficaz para aliviar los sofocos menopáusicos.

Según cuáles sean tus antecedentes médicos personales y familiares, el médico puede recomendarte estrógeno en la dosis más baja y durante el período más corto necesario para aliviar los síntomas.

Si todavía tienes útero, necesitarás progesterona además de estrógeno.El estrógeno también ayuda a prevenir la disminución de la masa ósea.

La terapia hormonal durante períodos prolongados puede presentar algunos riesgos cardiovasculares y de cáncer de mama, pero comenzar con las hormonas en la época de la menopausia ha demostrado producir beneficios para algunas mujeres. Habla con tu médico sobre los beneficios y riesgos de la terapia hormonal y si es una opción segura para ti.

  • Estrógeno vaginal, se puede administrar directamente en la vagina usando una crema vaginal, una tableta o un anillo, para aliviar la sequedad vaginal. Este tratamiento libera solo una pequeña cantidad de estrógeno, que absorben los tejidos vaginales. Esto puede ayudar a aliviar la sequedad vaginal, las molestias al tener relaciones sexuales y algunos síntomas urinarios.
  • Antidepresivos en dosis bajas. Ciertos antidepresivos relacionados con la clase de medicamentos llamados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina pueden disminuir los sofocos menopáusicos. Un antidepresivo en dosis bajas para controlar los sofocos puede ser útil para las mujeres que no pueden tomar estrógeno por razones de salud o que necesitan un antidepresivo para un trastorno del estado de ánimo.
  • Gabapentina (Gralise, Horizant, Neurontin). La gabapentina está aprobada para el tratamiento de las convulsiones, pero también se ha demostrado que ayuda a reducir los sofocos. Este medicamento es útil en mujeres que no pueden hacer terapia con estrógeno y en aquellas que también tienen sofocos nocturnos.
  • Clonidina (Catapres, Kapvay). La clonidina, una píldora o parche que se usa típicamente para tratar la presión arterial alta, podría proporcionar algún alivio de los sofocos.
  • Medicamentos para prevenir o tratar la osteoporosis. Según las necesidades individuales, los médicos pueden recomendar medicamentos para prevenir o tratar la osteoporosis. Hay varios medicamentos disponibles que ayudan a reducir la pérdida de la masa ósea y el riesgo de fracturas. El médico puede recetar suplementos de vitamina D para ayudar a fortalecer los huesos.

Existen otras terapias de reemplazo hormonal de origen natural que también ayudan durante la menopausia porque tienen efectos similares a las hormonas.

¿Qué es la isoflavona de soya y para qué sirve?

Las isoflavonas son unas sustancias naturales, polifenoles de tipo no esteroideo, que se encuentran en una variedad de alimentos vegetales, especialmente en la  soya.

Debido a su estructura y composición química, se comportan de manera similar a los estrógenos, en particular, al estradiol, aunque la intensidad de sus acciones es menor. Por ser derivados de las plantas se les llama fitoestrógenos.

El estradiol es un estrógeno, la hormona sexual femenina más importante, cumple muchas funciones en el cuerpo y se produce principalmente en los ovarios. Por otra parte, las isoflavonas son el tipo de fitoestrógenos más activos y abundantes en las legumbres y frutas aptos para el consumo humano.

¿Cuáles son los tipos de isoflavonas?

Hay tres tipos de isoflavonas y todas suelen estar presentes en diferente proporción en el mismo vegetal o fruta, ellas son genistina, daidzina y glicitina. Cuando las ingerimos las bacterias intestinales tienden a descomponerlas y transformarlas en sustancias activas.

¿Cómo actúan las isoflavonas en el organismo?

Las células del organismo poseen dos tipos receptores de estrógenos (RE):

Las sustancias activas que se derivan de las isoflavonas, al ser químicamente muy parecidas a  los estrógenos, se unen a los receptores específicos para estas hormonas, ejerciendo acciones similares a las que realizan los estrógenos.

A diferencia de los  estrógenos, que se unen a cualquiera de sus dos tipos de receptores con las misma habilidad, las isoflavonas prefieren unirse a los receptores beta, esto último explica porque los efectos de las isoflavonas son muy parecidos a los de las hormonas, pero no completamente.

Los receptores de estrógenos tipo beta predominan en tejidos como: el sistema nervioso, el sistema circulatorio, los huesos, la próstata y el tejido vaginal, mientras que los receptores tipo alfa (REα) se encuentran en el útero y el tejido mamario.

Debido a esta preferencia, los beneficios de las isoflavonas recaen sobre órganos no sexuales, por lo tanto las afecciones en el tejido mamario o uterino que se pudieran exacerbar por la presencia de estrógenos no son afectadas por las isoflavonas.

Por lo anterior, las isoflavonas de soya también son clasificadas como Moduladores Selectivos de Receptores Estrogénicos (SERMs, por sus siglas en inglés), lo cual ha despertado interés por sus potenciales efectos terapéuticos en algunas enfermedades y condiciones de salud asociadas a la actividad hormonal.

¿Cuáles son los beneficios de las isoflavonas de soya?

Tratamiento de síntomas de la menopausia

Las isoflavonas de soya han mostrado una amplia variedad de beneficios para la salud, cabe destacar su efecto sobre los síntomas relacionados con la menopausia como son los llamados “calorones o sofocos”.

Durante la menopausia los ovarios comienzan a disminuir progresivamente la producción de estrógenos, lo cual trae como consecuencia la aparición de ciertos síntomas físicos y emocionales, tales como sofocos, sudoraciones nocturnas, cambios de humor, irritabilidad, insomnio, depresión y ansiedad.

Al actuar como estrógenos de menor intensidad, las isoflavonas reducen la ocurrencia de este tipo de síntomas, por lo cual se recomiendan como un  tratamiento alternativo de algunos síntomas negativos de la menopausia, así como también de las alteraciones del ciclo menstrual en mujeres en edad reproductiva.

Estudios realizados en los Estados Unidos de América en un grupo de 988 mujeres muestran que el consumo de 30 a 135 mg diarios de isoflavonas de soja, durante períodos de 12 semanas a un año, tuvo como resultado la reducción en un 30,5% de la severidad de los síntomas vasomotores asociados a la menopausia.

El importante señalar que las mujeres japonesas, las cuales tradicionalmente tienen una dieta rica en soja, apenas presentan síntomas vasomotores (de un 15 a 25% de las encuestadas), en comparación con las mujeres occidentales, las cuales consumen típicamente mucha menos soja, y experimentan con mayor intensidad y frecuencia los sofocos y sudoraciones (entre 75 y 85% de las encuestadas)

Prevención de enfermedades cardiovasculares

Las isoflavonas de soya tienen un efecto antioxidante que contribuye a preservar las paredes de los vasos sanguíneos, además reducen la oxidación de las grasas en la sangre, lo cual disminuye  los depósitos de estas grasas en las arterias y el riesgo de padecer aterosclerosis.

Pueden contribuir con la regulación de la actividad plaquetaria, lo cual ayuda a prevenir la ocurrencia de trombosis y mejora la condición general del sistema cardiovascular.

Una investigación llevada a cabo en Japón, en una población de mujeres de entre 40 y 59 años, encontró que el consumo de isoflavonas de soja podría reducir en un 65% el riesgo de presentar un evento isquémico y disminuir en un 63% el riesgo de sufrir un infarto de miocardio.

Esos resultados son consistentes con los hallazgos de otro estudio, realizado en China en una población de 64,915 mujeres de entre 40 y 70 años, el cual reportó una reducción en el riesgo de padecer enfermedades coronarias en aquellas pacientes que consumieron isoflavonas de soja durante al menos 2,5 años contínuos.

Contribuyen con la salud de los huesos

Con la disminución de los estrógenos por la menopausia los huesos sufren una pérdida acelerada de su mineral más importante, el calcio, las isoflavonas pueden mejorar la salud de los huesos al ayudar a contrarrestar la desmineralización ósea  y reducir el riesgo de sufrir osteoporosis.

Una observación interesante es que se ha encontrado una mayor incidencia de fracturas de caderas entre las mujeres occidentales (con un bajo consumo de isoflavonas de soya), en comparación con las mujeres asiáticas, las cuales tradicionalmente tienen una dieta alta en isoflavonas..

Las isoflavonas de soya, además de reducir la pérdida ósea, estimulan la formación de los huesos así como la fijación del calcio en los mismos. A nivel de las vértebras se ha observado que esta reducción en la pérdida de minerales y reduce la posibilidad de que se fracturen.

En el caso de las mujeres pre-menopáusicas, el proceso de desmineralización de los huesos es más acentuado en los primeros años de la menopausia. En este sentido, se ha determinado que el consumo de isoflavonas de soya durante esta etapa mejora la retención de calcio.

Prevención de algunas enfermedades oncológicas

Las isoflavonas de soya pueden contribuir en la prevención de ciertos tipos de cáncer asociados a la actividad hormonal,

Diversas investigaciones científicas llevadas a cabo en América, Asia y Europa han estudiado los beneficios de las isoflavonas en cáncer de mama, cáncer de útero, cáncer de colon y cáncer de próstata.

Por ejemplo, un estudio realizado entre la población asiática reveló que el consumo de 20 mg de isoflavonas de soja al día puede estar asociado a una reducción de 29% del riesgo de padecer cáncer de seno.

Por otra parte, el análisis de una serie de estudios realizados en los Estados Unidos de América arrojó como resultado que el consumo de isoflavonas de soya podría estar relacionado con una disminución de 19% de la probabilidad de sufrir cáncer de útero, mientras que, según otra investigación diferente, el riesgo de padecer cáncer de endometrio disminuyó hasta en un 34%.

En cuanto a los beneficios del consumo de isoflavonas de soja para la población masculina, un estudio realizado en Japón en una población de hombres entre 50 y 75 años reportó una incidencia de cáncer de próstata significativamente menor entre aquellos pacientes a los cuales se les administraron isoflavonas de soja.

Estos estudios plantean el potencial beneficio de las isoflavonas sobre el crecimiento anormal de tejidos.

¿Cuáles son las fuentes de isoflavonas?

Varias frutas y verduras contienen isoflavonas. La soya, sus derivados y la alfalfa  las contienen en altas concentraciones, especialmente los productos fermentados como el tofu y el miso (preparados típicos de la comida japonesa).

En países como el nuestro no existe la costumbre de ingerir frecuentemente soya o sus productos, ingerimos isoflavonas desde otras fuentes como son: la naranja, las uvas, las nueces y el té negro, o cuando el médico recomienda suplementos alimenticios para mejorar el aporte de las mismas.

¿Cómo tomar suplementos a base de isoflavonas de soya ?

En caso de ingerir suplementos u otras fuentes de soya, es el médico o el nutricionista quien establecerá la manera apropiada de consumirlas. 

  • Hora. La mejor hora para tomar las isoflavonas de soya podría ser durante la mañana, junto con el desayuno, debido a su tiempo de vida media en sangre. Sin embargo, la mejor recomendación es que consulte a su médico tratante, quien le dará todas las indicaciones necesarias para su consumo óptimo.
  • Cantidad: La dosis diaria de isoflavonas de soya depende de la condición por la cual el médico las haya recomendado, siempre considerando la edad, peso  y condición de salud general. 
  • Duración: También queda a consideración del médico.

Efectos secundarios de las isoflavonas de soya

Como toda sustancia, las isoflavonas de soya pueden tener algunos efectos secundarios en el organismo, particularmente, trastornos digestivos leves tales como estreñimiento y diarrea en personas que no están acostumbradas al consumo de la soya y sus derivados.

No obstante, en personas que no sean alérgicas a la soya y que no posean una condición especial de salud, estos efectos secundarios no deberían ser preocupantes y, por lo tanto, no habría contraindicaciones para el consumo de isoflavonas de soya.

Interacciones con medicamentos

Debido a que las isoflavonas de soya son metabolizadas por la flora bacteriana en el intestino, el consumo de antibióticos podría reducir considerablemente la capacidad del organismo de absorber las isoflavonas de soja.

Del mismo modo, se ha determinado que las isoflavonas de soya pueden presentar interacciones importantes con medicamentos psiquiátricos, anticancerígenos, anticoagulantes y tiroideos, motivo por el cual es de suma importancia consultar con su médico tratante si usted toma alguna de estas medicinas o tratamientos.