Como seres humanos, es claro que todos piensan y sienten de diferentes maneras. Sin las emociones no se podría vivir a plenitud las distintas experiencias que nos da la vida. Sin embargo, el cómo manejar estos sentimientos determina en gran forma nuestro círculo social debido a que nos puede incorporar y/o mantener con relaciones sanas dentro de una sociedad o, por el contrario, a vivir excluidos, frustrados y retraídos en nuestro propio mundo. De aquí la gran importancia de desarrollar la inteligencia emocional, preferiblemente desde una edad temprana.
En el complejo y cambiante mundo actual, la inteligencia emocional se ha convertido en una habilidad fundamental para el éxito y bienestar de las personas, cobrando vital importancia su aprendizaje en los niños, quienes adquieren las herramientas necesarias para sentir sus emociones de una manera consciente, sana y controlada.
Tabla de contenidos
¿Qué es la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional, también conocida como coeficiente emocional (CE), se refiere a la capacidad de identificar, comprender y gestionar sus propias emociones, así como las de los demás. Esta habilidad clave permite desarrollar algunas actitudes.
- Ser conscientes de sus emociones: reconocer e identificar los propios sentimientos, tanto positivos como negativos.
- Comprender sus emociones: saber qué causa determinada emoción y cómo afectan los pensamientos y comportamientos.
- Regular sus emociones: controlar las emociones de manera saludable y expresarlas de manera adecuada.
- Empatizar con los demás: comprender y compartir los sentimientos de otras personas.
- Desarrollar habilidades sociales: construir y mantener relaciones saludables, comunicarse de manera efectiva y resolver conflictos de manera pacífica.
Los niños no nacen con habilidades emocionales desarrolladas por completo, sino más bien, estas capacidades las van aprendiendo y potenciando a medida que van creciendo, pero para esto se necesita de un tercero que los ayude.
Del mismo modo, los niños al igual que los adultos sienten la necesidad de poder verbalizar lo que están sintiendo, de allí la importancia de que desarrollen la inteligencia emocional para enfrentarse a los retos que se le presenten en su día a día.
La inteligencia emocional se adquiere y se aprende paso a paso, a través de las experiencias que se empiezan a vivir y al acompañamiento oportuno e idóneo que brindan los adultos. Gran parte del aprendizaje social que internalizan y aprenden los niños es a través de la observación del otro, por lo tanto, la actitud que tienen los adultos que lo rodean frente a un conflicto o dificultad, es la forma que el niño asume como correcta para resolver las situaciones. Debido a esto, el adulto cumple un rol fundamental en esta gran tarea de formación y aprendizaje.
¿Por qué es importante la inteligencia emocional en los niños?
Los niños se enfrentan a muchos retos frecuentemente debido a que están en constante aprendizaje, tanto a nivel escolar como personal. La inteligencia emocional ayuda a que los pequeños puedan enfrentar los desafíos de la vida de manera positiva, reduciéndose o evitando los sentimientos negativos como la rabia o frustración.
A continuación, algunas ventajas de un niño que ha desarrollado la inteligencia emocional.
- Toma de decisiones: la educación emocional capacita a los niños para tomar decisiones informadas y equilibradas, es decir, les enseña a considerar sus sentimientos y la de otros al momento de elegir, lo que contribuye a un pensamiento crítico y decisiones más conscientes.
- Resiliencia emocional: les ayuda a enfrentar y superar los desafíos de manera positiva, desarrollando habilidades de afrontamiento y adaptación.
- Mejor rendimiento académico: los niños que tienen un buen manejo emocional tienen tendencia a una mayor concentración, motivación y capacidad para resolver problemas, lo que se traduce en un mejor desempeño escolar.
- Bienestar emocional a largo plazo: los niños que adquieren habilidades emocionales desde temprana edad tienen más probabilidades de convertirse en adultos emocionalmente saludables y equilibrados.
El desarrollo de estas cualidades permite que los niños se puedan expresar cuando algo les molesta, desagrade o los haga felices. Además, les brinda la posibilidad de expresar si algún tema escolar les cuesta trabajo, si no han entendido algo o si han sufrido un problema y/o abuso por parte de otro niño o adulto.
Daniel Goleman, psicólogo, periodista y escritor, afirma que “es importante que los niños aprendan a manejar sus emociones para que sean seres emocionalmente inteligentes. Los niños aprenden esta habilidad en la vida real, especialmente cuando son jóvenes gracias a la educación emocional que se le proporcione. Expresiones como: ¡de esto no se habla!, ¡los hombres no lloran!, ¡no pasa nada!, ¡es cosa de grandes!, ¡los niños grandes no se portan así!, están contraindicadas cuando se habla de educación emocional. Siempre se debe promover la posibilidad de hablar mucho de todo lo que sucede y está a su alrededor, llorar sí es necesario y es una herramienta que brinda la posibilidad de liberar sus emociones y la autorregulen”.
¿Cómo desarrollar la inteligencia emocional en los niños?
Los padres, cuidadores y educadores juegan un papel importante en el desarrollo de la inteligencia emocional en los niños. Algunas estrategias efectivas incluyen:
- Ser un modelo positivo: los niños aprenden observando a los adultos en su cotidianidad y de allí, la importancia de que éstos modelen comportamientos y expresen sus emociones de manera adecuada, manejen el estrés de y resuelvan conflictos de manera pacífica.
- Hablar sobre las emociones: es importante hablar con los niños sobre sus emociones, tanto positivas como negativas. Esto les ayuda a comprender sus propios sentimientos y a desarrollar un vocabulario emocional.
- Enseñar habilidades de afrontamiento: los niños necesitan aprender habilidades para manejar emociones difíciles, como la ira, la tristeza y la frustración. Se les puede enseñar técnicas de relajación, como la respiración profunda y el yoga, además de estrategias de resolución de problemas.
- Fomentar la empatía: los niños necesitan aprender a comprender los sentimientos de los demás. Se les puede enseñar a ponerse en el lugar del otro y a considerar las perspectivas de otras personas.
- Brindar oportunidades para practicar habilidades sociales: los niños necesitan tener la posibilidad de comunicarse, trabajar en equipo y resolver conflictos. Se les puede inscribir en actividades extracurriculares, como deportes o clubes y brindarles oportunidades para interactuar con otros niños.
- Practicar la resolución de conflictos: apoya a los niños a resolver conflictos de manera pacífica y respetuosa. Enséñales a comunicarse de manera asertiva y a buscar soluciones que satisfagan a todas las partes involucradas.
- Crear un ambiente seguro y de apoyo: proporciona un entorno donde los niños se sientan cómodos expresando sus emociones y compartiendo sus experiencias.
Los niños que empiezan a trabajar en su habilidad emocional, gracias al apoyo de quienes lo rodean, serán personas más empáticas y abiertas a escuchar, pero además de ello, aprenderán a construir límites sanos en cualquier tipo de relación que desarrollen a lo largo de sus vidas. Además, al fortalecer la inteligencia emocional también se le está ayudando a que tengan una autoestima alta y que se sientan capaces de confiar en sus habilidades individuales para afrontar retos.
Ideas para enseñar inteligencia emocional a los niños:
En casa
- Jugar a identificar emociones: muestre al niño imágenes o videos de personas expresando diferentes emociones y pídale que las identifique. También pueden jugar a imitar diferentes emociones.
- Leer libros sobre emociones: hay muchos libros infantiles que enseñan sobre las emociones de una manera divertida y atractiva.
- Crear un rincón de la calma: diseñar un espacio tranquilo donde el niño pueda ir a relajarse cuando se sienta abrumado por sus emociones. El rincón puede incluir libros, juguetes y música relajante.
- Practicar la empatía: hable con el niño sobre cómo se sentirían otras personas en diferentes situaciones. También pueden actuar cómo se sentirían diferentes personajes de un libro o una película.
- Usar el humor: puede ser una excelente manera de ayudar a los niños a lidiar con las emociones difíciles.
En el colegio
- Implementar programas de educación emocional: muchas escuelas ofrecen programas de educación emocional que enseñan a los niños habilidades como la identificación de emociones, el manejo de la ira y la resolución de conflictos.
- Fomentar la comunicación abierta: los maestros deben crear un ambiente en el aula donde los niños se sientan cómodos para hablar sobre sus emociones.
- Utilizar el aprendizaje cooperativo: las actividades de aprendizaje cooperativo pueden ayudar a los niños a desarrollar habilidades como la empatía, la comunicación y resolución de problemas.
- Celebrar las emociones positivas: es importante reconocer y celebrar las emociones positivas de los niños, como la alegría, la gratitud y el amor.
Es importante recordar que la inteligencia emocional es una habilidad que se puede aprender y desarrollar para tener éxito en la vida. Es un proceso continuo que requiere tiempo, paciencia y constancia en la aplicación de las estrategias para adaptar las actividades individuales en cada niño.