Menú

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muertes en el mundo, cobrando cada año la vida de 17,9 millones de personas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estas pueden manifestarse de muchas formas, desde una enfermedad arterial coronaria, presión arterial alta o arritmias, hasta accidentes cerebrovasculares y enfermedades valvulares.

Hasta ahora, las investigaciones sobre estas enfermedades han determinado que su origen está en ciertas variables o factores de riesgo, que aumentan la probabilidad de padecerlas. Entre esos factores están algunos que no pueden modificarse, como el sexo de la persona, la edad o aspectos hereditarios; y otros que sí pueden ser modificados, tratados o cambiados. Entre esos están la presión arterial alta o hipertensión arterial, sobrepeso, diabetes, el consumo de tabaco, la inactividad física y el colesterol elevado.

Este último es uno de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares más importantes y el causante de 24% de las muertes por ECV, es decir, que 4,4 millones de personas fallecen todos los años debido al colesterol alto en sangre, según cifras de la World Heart Federation (WHF).

Para entender cómo se pueden tratar o reducir los efectos negativos del colesterol alto, es necesario entender qué es este factor de riesgo, qué lo origina y cuáles son sus consecuencias. A continuación te lo explicamos…

¿Qué es el colesterol y cómo puedes medirlo?

El colesterol es un elemento necesario para el buen funcionamiento de nuestro organismo y está presente en todas las células. Su apariencia es la de una sustancia cerosa (un lípido), similar a la grasa, y es producido en su mayoría por el hígado. Sin embargo, este órgano también utiliza el colesterol que obtiene de los alimentos que comemos, de grasas saturadas, o incluso el  que viaja en la sangre y el que extrae del proceso de reabsorción de bilis del sistema gastrointestinal.

La producción de ciertas hormonas, como las tiroideas y las sexuales, la formación de membranas celulares y la generación de ácidos biliares  para digerir las grasas, están entre las principales funciones que tiene el colesterol en nuestro organismo. Incluso protege nuestra piel de la deshidratación y del ataque de agentes químicos, ya que los rayos solares lo transforman en vitamina D. 

A pesar de esto, un exceso de colesterol en sangre puede tener un efecto nocivo en nuestra salud y ser el causante de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares e infartos. Esto, por lo general, se debe a que abusamos de la ingesta de alimentos ricos en grasas saturadas y trans, como los lácteos, carnes rojas y huevos.   

Para saber cuál es tu nivel de colesterol, o la cantidad de lípidos en sangre, debes hacerte un análisis de sangre. A través de este se determinará la concentración de colesterol que tienes en miligramos por decilitro (mg/dl). Lo recomendado, según la American Heart Association (AHA), es que tus niveles estén por debajo de 100 mg/dl, y si tienes antecedentes de algún ataque cardíaco o derrame cerebral, es posible que tu médico sugiera mantener el colesterol por debajo de 70 md/dl. 

También es importante que conozcas la frecuencia con la que debes controlar tu colesterol, ya que los niveles altos de lípidos en sangre no presentan ningún síntoma. En este caso, debes acudir a un médico, quien evaluará tu caso y sugerirá la frecuencia de estas evaluaciones. 

Colesterol bueno y malo

En el organismo existen dos tipos de lipoproteínas que transportan el colesterol desde y hacia las células. La primera de ellas son las de baja densidad o LDL y, la segunda, son las lipoproteínas de alta densidad o HDL.

El colesterol LDL es el que se considera malo, ya que propicia la acumulación de grasa (placa) en las arterias, lo que se conoce como aterosclerosis o endurecimiento de las arterias. Esto hace que las arterias se estrechen y se reduzca la cantidad de oxígeno y otros nutrientes que llegan al cuerpo a través de la sangre.

Un nivel alto de colesterol LDL puede elevar el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral. Por eso es importante que los controles a tiempo con un médico especialista que evaluará también tu condición y antecedentes. De esa forma, te recomendarán un tratamiento y cambios en tus hábitos de vida, para que logres reducir tus niveles de colesterol malo.

Por otra parte, está el colesterol bueno o HDL, que puede ayudarte a evitar accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos. Este tipo de colesterol se encarga de transportar entre 25% y 33% del LDL hasta el hígado, a través de las arterias. De esa forma, una parte del colesterol LDL se descompone y puede ser eliminado del cuerpo.

¿Cuáles son los factores que pueden aumentar tus niveles de colesterol?

Existen tres grupos de factores asociados con el aumento en los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre:

• Factores conductuales:

En este grupo están diferentes hábitos perjudiciales que la persona puede cambiar para reducir el riesgo de enfermedades cerebrovasculares. Por ejemplo, una dieta poco saludable o rica en grasas saturadas y trans, proveniente de un elevado consumo de productos procesados y de origen animal. También está la poca actividad física y el consumo de tabaco (fumar cigarrillos).

• Factores no modificables:

Estos son factores asociados con condiciones particulares de la persona, como los hereditarios, que pueden influir en que esta tenga mayor o menor probabilidad de tener colesterol alto o padecer de enfermedades cardíacas, derrames cerebrales o ataques cardíacos prematuros. También la edad y el género están entre estos factores de riesgo.

Por ejemplo, las personas de edad avanzada tienen mayor predisposición a tener el colesterol alto, así mismo las mujeres premenopáusicas tienen menos probabilidades de presentar niveles altos de colesterol, comparado con los hombres. Esto se debe a que el estrógeno, una hormona femenina, aumenta los niveles de HDL y reduce los riesgos de ECV.

Condiciones asociadas al colesterol alto:

Entre estos factores están la obesidad y la diabetes. En este último caso, están los riesgos asociados a niveles altos de azúcar en la sangre, lo que puede propiciar la producción de niveles más altos de lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL) en el hígado y, al mismo tiempo, una reducción de los niveles de HDL. Además, el exceso de azúcar en sangre puede ser causante de debilitamiento o de daños al revestimiento de los vasos sanguíneos.

Colesterol alto: ¿cómo tratarlo y prevenirlo?

Para reducir o controlar los niveles altos de colesterol en sangre, lo recomendable es mantener un control médico constante y el tratamiento farmacológico que se sugiera al paciente, de acuerdo a sus condiciones.

Sin embargo, los cambios hacia un estilo de vida más saludable también pueden contribuir de manera importante a prevenir o reducir los efectos dañinos del colesterol alto. Entre esas medidas preventivas están:

  • Reducir o eliminar el consumo de cigarrillos o tabaco. También la exposición al humo.
  • Tener una dieta baja en sal, elevando la ingesta de vegetales, frutas y cereales integrales
  • Controlar los niveles de estrés en el trabajo y el hogar
  • Aumentar la actividad física (Los especialistas sugieren rutinas de ejercicios de al menos 30 minutos diarios)
  • Disminuir o moderar el consumo de bebidas alcohólicas.
  • Bajar el consumo de grasas animales y moderar la ingesta de grasas buenas
  • Llevar un control de tu peso corporal

Conclusión:

Las ECV son causantes de muchas muertes en el mundo y el colesterol alto es el factor responsable de casi un cuarto de estas. De allí que el propósito de la campaña de Farma sea crear conciencia en los pacientes, sobre las medidas que cada uno puede tomar para cuidar su salud cardiovascular, más allá del tratamiento farmacológico. 

Fuentes: