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La hipertensión arterial es una enfermedad que, cuando aparece, nos acompaña muchas veces el resto de nuestras vidas. No existe un tratamiento que la haga desaparecer, por lo tanto, debemos controlarla en forma adecuada.

A continuación, abordamos algunas interrogantes que suelen realizar normalmente los pacientes que presentan esta patología.

¿Qué pasa si no tomo de manera constante el antihipertensivo?

Un ejemplo de la vida diaria, el cual nos puede servir de guía para comprender lo que sucede es el siguiente: cuando tenemos una nevera y la misma es sometida a cambios constantes de voltaje, el motor sufre y puede ocurrir que se dañe.

Lo mismo ocurre con los principales órganos que sufren con la hipertensión arterial que son: arterias, corazón, cerebro, riñones y ojos.

Imaginemos por un momento que poseemos la presión descontrolada, porque realizo la toma del comprimido de manera inter diaria. Teniendo hoy la presión en 170 y al realizar la toma baja a 135, pero como mañana no tomaré este, sube la presión nuevamente a 170, haciendo sufrir a los diferentes órganos; en donde el resultado puede ser un evento cardiovascular (accidente cerebrovascular y/o un infarto en el corazón).

¿Cómo debo evitar un evento cardiovascular?

El antihipertensivo debe tomarse de manera constante y no ser interrumpido según la potestad del paciente, es por ello que debemos tener en cuenta lo siguiente:

  • Tomar medicamentos de calidad.
  • Tomar los medicamentos todos los días, sin alterar su periodicidad.

¿Qué debo hacer para reducir o controlar las cifras tensionales?

  • Reducción de peso: Es mucho más efectivo perder peso que todas las otras medidas antihipertensivas que uno puede desarrollar. Una persona que adelgaza pierde presión, así en pacientes con sobrepeso, bajar tan solo de 2 a 5 kg (de 5 a 10 libras) puede ayudar a reducir la presión arterial.

Los dos elementos esenciales para mantener un peso saludable son:

  1. Moverse con frecuencia
  2. Comer bien (más adelante hablaremos de ello)
  • Limitar el consumo de sal: Es difícil controlar la sal porque comemos mucho producto envasado y esta es un conservante, pero no podemos perderla de vista en nuestra dieta.
  • Dejar el tabaco: Dejar de fumar puede reducir el riesgo de una enfermedad cardíaca y mejorar tu salud en general. Las personas que dejan de fumar pueden vivir más tiempo que aquellas que nunca lo hacen.
  • Hacer ejercicio: La actividad física regular (por ejemplo, 150 minutos por semana o unos 30 minutos la mayoría de los días de la semana) puede reducir la presión arterial en aproximadamente 5 mm Hg y 8 mm Hg si tienes presión arterial alta. Es importante tener constancia porque si no te ejercitas, la presión arterial puede elevarse nuevamente.
  • Reduce el estrés: El estrés crónico u ocasional puede contribuir a una presión arterial alta, si tu reacción al estresarte es consumir alimentos poco saludables, beber alcohol o fumar.

Siguiendo estas recomendaciones, lograremos controlar las cifras tensionales en tal medida que posiblemente sea necesario reducir o eliminar los medicamentos para tratar esta enfermedad silenciosa, recordando siempre que la última palabra la tiene su médico.