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Los cólicos abdominales pueden tener diferentes orígenes o desencadenantes, pueden ser la manifestación de procesos fisiológicos como son los cólicos menstruales, procesos leves como los que acompañan a los problemas digestivos con acumulación de gases en los intestinos, o ser la consecuencia de un problema más serio.

Frente a un cólico abdominal siempre es importante poner atención a si están acompañados de otras manifestaciones como náuseas, vómitos, fiebre, evacuaciones diarreicas u otros síntomas, pues en caso tal es recomendable consultar a un médico.

La mayoría de los dolores abdominales de tipo cólico se pueden aliviar de forma efectiva con analgésicos y/o antiespasmódicos. Los analgésicos más empleados comprenden a los antiinflamatorios, entre ellos se encuentra el ibuprofeno, y dentro de los antiespasmódicos destaca la hioscina. Tanto el ibuprofeno como la hioscina han demostrado una elevada efectividad y seguridad en el tratamiento del dolor abdominal tipo cólico, la combinación de ambos es una estrategia para aumentar la efectividad, usando dosis más bajas de cada uno, a que si los usáramos por separado.